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El Telégrafo
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La comida es la parte fundamental de la identidad y cultura de Cascol

El delicioso y tierno queso chonero se vende a diario en el centro de la parroquia. Felícita Cruz entrega el producto a dueños de restaurantes locales.
El delicioso y tierno queso chonero se vende a diario en el centro de la parroquia. Felícita Cruz entrega el producto a dueños de restaurantes locales.
Fotos: Carlos Novoa / EL TELÉGRAFO
17 de marzo de 2019 - 00:00 - Carlos Novoa

Cielo nublado, ambiente húmedo y caluroso, casas añejas y bulliciosos niños jugando a pie de calle, es la impresión de quien visita por primera vez la parroquia Cascol.

Perteneciente al cantón manabita Paján, esta localidad destaca por su deliciosa y nutritiva gastronomía. De hecho la comida es considerada parte fundamental de su identidad, historia y cultura.

“Si bien Cascol posee abundante recurso hídrico, y  encantos naturales variados, nuestra principal característica es la alimentación. Esto se debe a la riqueza culinaria que dejó el mestizaje entre colonos ibéricos e indígenas, originando el pueblo montuvio”, destacó Darwin González Correa, líder comunitario y emprendedor de Cascol.

La mezcla de costumbres alimenticias de ambas poblaciones, de acuerdo a González, dio paso a platillos como el corviche, tortillas de maíz y el queso manabita.

El que más sobresale es el primero. Plátano, maní y pescado son los ingredientes del bocadillo, el cual forma parte de los 4 pasabocas emblemáticos de Manabí.

“Estos son corviche, ceviche, viche, y troliche (dulce). El sabor inigualable de estas comidas han aportado indiscutiblemente a la cultura manabita; tanto así que para muchos entendidos en cocina Manabí es la ‘capital del buen comer’”, señaló el chef capitalino Dilon Barrionuevo.

Corviche
Una de las expertas en el arte culinario de Cascol es Elisa Ramírez. Ella es dueña de un famoso comedor, ubicado en la gasolinera del ingreso a la parroquia, viajando desde Guayas. Allí la principal oferta es el corviche.

“Gran parte de los comensales son conductores de autobuses, estudiantes locales y turistas. Los choferes ingresan para tanquear, pero además aprovechan para alimentarse”, comentó Ramírez.

El viaje desde Guayaquil a Cascol dura 120 minutos. Por más prisa que los conductores tengan la parada en la gasolinera es obligatoria. El sabor de los corviches de doña Elisa, en sus propias palabras, se debe al uso de productos frescos y a un tradicional sistema de cocción.

“Me encargo personalmente de adquirir los ingredientes. El plátano me lo traen de un poblado cercano, el maní viene de Guayaquil y el pescado picudo lo compro en Manta; el horneado siempre será el mejor método para elaborar el corviche”, explicó.

Rallar el verde y sazonar el pescado son tareas que Elisa aprendió de su madre, y que hace a diario en su local. Media hora es el tiempo que la mezcla de los ingredientes debe permanecer en el horno.

De lunes a viernes Ramírez vende 350 corviches diarios, los fines de semana la cifra se duplica. El precio por unidad es $ 1, y se lo consume con limonada. La combinación satisface las necesidades nutricionales de niños y adultos.

Tortillas de maíz
Otro gustoso abreboca que se puede degustar en Cascol es la tortilla de maíz. Este nutritivo cereal es cultivado generosamente en las 60 comunidades de la parroquia.

En el sector Las Cañas reside Jenny Rodríguez, destacada exponente de las delicias manabitas. “La textura de las tortillas es arenosa, y en su interior lleva queso o chicharrón”, dijo Rodríguez.

 A su comedor llegan 40 personas al día, para degustar el bocadillo con leche o zumos frutales. “El grano tierno se muele por 15 minutos y se le añade harina. La mezcla es adobada con sal prieta, además se le agrega cebolla picada y el chicharrón o queso”, explicó Rodríguez.

Érica Tigua, su hija, atiende el local en las mañanas. Ella señala que la cocción de las tortillas se realiza en un pequeño horno artesanal muy conocido en Manabí.

“El platillo ha sido incluido en recetarios de la provincia. Su elaboración es tradicional entre las familias de Cascol pues el maíz es uno de nuestros productos insignes, incluso en un futuro pensamos hacer un festival exclusivo de tortillas”, dijo Érica.

Queso manabita
Una muy guardada fórmula es el secreto del singular sabor  del queso manabita.

“Si bien todos los cantones reclaman como suyo al producto, como Chone, Flavio Alfaro y El Carmen, el queso de Manabí se distingue  de los que se hacen en el resto del país”, comentó Felícita Cruz, quesera de Cascol.

Desde hace 20 años ella expende el codiciado producto en el centro parroquial, a $ 2,50 la libra. A diario vende cerca de 50 kilos.

“El queso chonero es el más pedido, pues es ligeramente salado y posee una textura muy particular. Con él se preparan muchos platos, incluidas las tortillas de maíz, así como sopas y caldos”, aseveró Felícita.

A decir del líder comunitario Darwin González, estas 3 especialidades, entre otras tantas, potencian el atractivo turístico de la parroquia.

“No es descabellado pensar que a corto plazo Manabí se convierta en el ‘vergel gastronómico’ del país. En Cascol además ha empezado a destacarse la palizada, un plato que se hace con la menudencia de la gallina criolla”, concluyó González. (I)  

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