Cuatro horas fueron suficientes para que el Concejo Cantonal decidiera por unanimidad (11 votos a favor) la  destitución del hoy ex alcalde de Riobamba, Juan Salazar,  la noche del pasado miércoles.

Su administración estuvo cargada, hasta el último momento, de serios cuestionamientos sobre la ejecución de obras en la ciudad.  

Durante 2012 se iniciaron los primeros focos de protesta en relación con la remodelación del Parque Sucre, caso por el que la Contraloría General del Estado presentó en abril  de este año un informe en el que llega a tres conclusiones.

La primera es que la obra se realizó sin estudios definitivos y sin las autorizaciones pertinentes; la segunda, que las paralizaciones de los trabajos ocasionadas por incumplimientos a sugerencias del Instituto Nacional de Patrimonio (INP) retrasaron la entrega, y que existió un solo oferente al que se adjudicó la labor pese a que no acreditaba experiencia en obras patrimoniales.

La Contraloría sugirió  sanciones de tipo administrativo que incluían la salida de funcionarios  que ya no están en el Cabildo, pero no por ese caso sino por el cambio de burgomaestre.  

Otro de los casos fue el cierre para uso privado de una vía pública en el sector de El Batán, donde están ubicadas la vivienda y otras propiedades de Salazar López.

Pero el caso más sonado, que llevó a trazar el camino para la destitución y también para que la Fiscalía ordene la prisión preventiva de Salazar, fue el desvío de 13 millones de dólares de las arcas municipales.

En primera instancia, Salazar dijo que las cuentas municipales habían sido “hackeadas”, y que “el Banco Central del Ecuador (BCE) tenía la responsabilidad de cuidar del dinero de los riobambeños”. Sin embargo, en menos de 24 horas, las autoridades del BCE respondieron: “Las cuentas nunca fueron hackeadas, aquí existe un mal uso de las claves y estas solo fueron entregadas a tres personas: el Alcalde, la jefa financiera, y el tesorero municipal”.

Luego se confirmaría que las claves las manejaban también Olga Heredia, funcionaria de tesorería; Germania Basantes, secretaria del Alcalde, y Nelly Oviedo, asesora de la misma autoridad, además de los tres autorizados por el BCE.

Mario Robalino, quien llegó al Cabildo por el Movimiento Municipalista, continuará encargado de la titularidad del Concejo.