La tragedia en el Centro Comercial Popular Simón Bolívar, en Ambato, también fue un llamado de atención para otras ciudades de la región Sierra centro.

En Riobamba, este hecho ha puesto a las autoridades de auxilio y vigilancia en expectativa con respecto a las seguridades que en las actualidad hay en los 10 mercados populares.

Estos centros de expendio son frecuentados a diario por miles de personas y turistas que llegan de la región, el país y del exterior.

Se trata de los centros de expendio como el Mariano Borja (La Merced) que se destaca por la venta de comidas y productos de plástico.

También el San Alfonso y su expendio de legumbres, hortalizas, tubérculos y objetos de barro y madera, los fines de semana.

El San Francisco con los helados legumbres y comida típica; la plaza Dávalos con comida y tubérculos. También, el Mercado Mayorista y su oferta al por mayor de legumbres, hortalizas, carnes y pollos.

Además, el mercado Santa Rosa y su feria típica los martes y la venta de prendas de vestir el resto de la semana. En el mercado Oriental hay ropa nueva y usada, objetos de colección como discos antiguos, radios y cámaras.

La Esperanza es conocido por las hierbas y animales y la plaza La Concepción por las telas y ropa típica de los indígenas.

La mayoría de mercados cuentan con estructuras de cemento y no tienen cubiertas.

Uno de los proyectos municipales más importantes para este año es la remodelación del Centro Comercial La Condamine, que empezó en febrero y que se prolongará por cuatro meses a un costo de 250.000 dólares. El remozamiento incluye los techados, paredes y fachada.

Este centro de expendio está situado en las calles Carabobo, entre Colombia y Esmeraldas (barrio La Condamine), a cuatro cuadras de la estación del ferrocarril.

Según sus administradores, sino se implementaba la reconstrucción podía convertirse en una suerte de ‘bomba de tiempo’.

La construcción de La Condamine se efectuó hace ocho años, por lo que gran parte de su infraestructura se encuentra deteriorada.

Aunque tiene instalado un sistema de detectores de humo, este se encuentra dañado.

Incluso, se encontraron instalaciones ilegales de energía eléctrica. Varios comerciantes utilizaban un solo medidor y este problema ya causó un cortocircuito en el pasado que no causó mayores inconvenientes.

Germán Rodríguez, administrador del mercado, señaló que al detectarse este tipo de conexiones se habló con los comerciantes para explicarles sobre el peligro.

“No queremos que suceda un problema como el de Ambato, por eso siempre estamos vigilando que no se embodeguen productos de fácil combustión como esponjas, gasolina o mucha ropa.

Contamos con extintores e instalaciones en las paredes con tuberías que permiten conectar fácilmente las mangueras de los bomberos sin necesidad de la autobomba”, dijo Rodríguez.

Según este funcionario, con la remodelación esperan que las conexiones de luz sean seguras. “Hacemos énfasis en esto ya que podría suceder algún accidente sino se realizan las adecuaciones con todo lo necesario. Es decir, cables nuevos y medidores para cada local”.

En este sitio hay 738 comerciantes que laboran en 17 secciones: venta de electrodomésticos, gabinetes de belleza, comercialización de colchones y edredones que están situados a la entrada.

Además, en el interior del centro se ubican puestos de comida, frutas, hortalizas, legumbres, mariscos, entre otros, incluso sucursales de cooperativas de ahorro y crédito.

En el primer piso se vende ropa, zapatos, equipos de telefonía, adornos, bisutería y juguetes.

Manuel Morocho, comandante del Cuerpo de Bomberos de Riobamba, señaló que las inspecciones en estos sitios se efectuarán durante el año. Solicitó, incluso, capacitar a los comerciantes.

“Afortunadamente, La Condamine cuenta con una red hídrica en las paredes”, aseguró.

Antes de otorgar el permiso de funcionamiento, inspectores del Cuerpo de Bomberos visitan los negocios para constatar las seguridades en caso de emergencias. Ellos hacen una revisión de las instalaciones eléctricas, el uso del local, las bodegas, oficinas y el resto de las instalaciones.

“Deben contar con el extintor totalmente cargado. Las personas deben pensar que lo que está en juego es su vida y el trabajo de tantos años. Por eso pedimos que tengan estos equipos a la mano y que sepan cómo utilizarlos para no lamentar tragedias”, indicó Morocho.