Desde comienzos de diciembre el cantón Pujilí, ubicado a 10 kilómetros de Latacunga, se quedó sin el servicio de agua potable.

La causa es una ruptura en la tubería madre, por un deslizamiento de tierra de una montaña en el páramo local. El arreglo se complica, según las autoridades, por las difíciles condiciones de acceso.

El daño se produjo desde la comunidad Juiga Yacubamba hasta los tanques de tratamiento en el sector de La Merced.

Son 23 kilómetros de recorrido y los moradores del centro del cantón sufren con el desabastecimiento del líquido.

El martes, dada la situación crítica de esta urbe, el concejal Vicente Sarzosa solicitó a los miembros del Concejo Cantonal que declararan a Pujilí en estado de emergencia sanitaria. Hasta el viernes no había un pronunciamiento oficial al respecto.

La ciudad cuenta con una tubería de acero. Sin embargo, el derrumbe fue de gran magnitud.

“Desde hace semanas, técnicos de la Empresa Municipal de Agua Potable y Alcantarillado de Pujilí (Emapap) trabajan en el lugar, pero debido a las dificultades para acceder al sitio, no se termina la reparación”, indicó Patricio Fierro, principal de la empresa.

Por ahora, el Cuerpo de Bomberos provee diariamente a los habitantes con tanqueros.

Esto para el morador Julián León no es suficiente. “Lamento que la situación se prolongue y que las autoridades no tengan una propuesta de solución clara”, dijo.

Según León, los cinco miembros de su familia sufren con la escasez, pues no les alcanza incluso para cocinar. El aseo diario se ha complicado mucho para este grupo al igual que para 69.000 habitantes que viven en este cantón en las parroquias Angamarca, Guangaje, La Victoria, Pilaló, Tingo y Zumbahua.

En barrios como Guápulo Alto, Veintenilla y La Merced, el desabastecimiento es crítico.

Mientras que en sectores como Sinchaguasín, la gente recibe el agua de fuentes naturales lo que ayuda a mermar esta crisis.

Carlos Zambrano, jefe del Cuerpo de Bomberos de Pujilí, informó que un promedio de 5.000 litros de agua se reparten al día en seis viajes.

Esta labor, no obstante, no satisface a los pujilenses. Así lo testificó el bombero Carlos Acosta, uno de los encargados de la distribución del líquido vital.

“Muchas veces nos reclaman a nosotros, cuando en realidad no tenemos nada que ver con este problema. Lo único que hacemos es cumplir con la repartición”, aclaró.

Por su parte, el alcalde Gustavo Cañar aseguró que las autoridades están concentrando sus esfuerzos para solucionar el problema de modo rápido y evitar que la población continúe sufriendo.

No obstante, el principal de Emapap adelantó que dada la dificultad para el arreglo de la tubería, el desabastecimiento de agua continuará por lo menos dos semanas más.

Al mismo tiempo, solicitó paciencia a la ciudadanía en tanto se concreta el arreglo. Esta situación no es un hecho aislado. Según datos del INEC, de los 409. 205 habitantes de la provincia, 61. 018 se abastecen de agua de red pública y otros 40.782 lo hacen por otras fuentes.

En Cotopaxi, el 80% de la población total es empobrecida, de la cual el 42% es indigente.

La situación más crítica está en el sector rural. El 60% de necesidades básicas insatisfechas se encuentra en esa zona, como la falta de acceso a servicios básicos, educación, salud e infraestructura social.