La lista de atractivos turísticos que ofrece la provincia de Pastaza a los visitantes está encabezada por los espacios y ambientes naturales donde la gente puede refrescarse, nadar con seguridad y en contacto con el ecosistema.

Además se pueden realizar actividades para preservar la salud emocional en familia.

Uno de esos sitios es el dique de Fátima. Esta represa fue habilitada hace más de 5 años en las aguas del río Puyo. Allí se bañan, distraen y divierten cerca de 500 personas por semana.

Ubicado a 6 kilómetros de Puyo, el dique represa las aguas del río del mismo nombre y forma una piscina natural de aguas refrescantes, poco profundas y claras, propias de los ríos amazónicos en sus orígenes.

Esta alberca, de 30 metros de largo y 15 de ancho, está cercada por 2 áreas cubiertas con un techado traslúcido en el que las personas pueden dejar sus pertenencias, descansar antes del baño, hacer fotografías o comer.

Un amplio estacionamiento, con capacidad para 60 vehículos, es lo primero que encuentra el visitante. También hay baños, duchas, vestidores y un bar donde se puede comprar bebidas y comida.

Al pie del río, una explanada de concreto ofrece, a quien quiera tomar un baño de sol, un espacio ideal para beneficiarse de los rayos del astro.

La temperatura del sector oscila entre los 18 y 22 grados centígrados, adecuados para realizar picnics, caminatas y recorridos por las orillas del afluente.

“El intenso verdor de la vegetación, el fragante olor de las flores y las cristalinas aguas del río dotan al lugar de una mágica cualidad para distraer la mente. Esto influye para que la persona se olvide, durante el tiempo de estancia, de los problemas y conflictos que la rutina le acarrea”, afirma Jaime Lozada, turista.

En las orillas se pueden observar grupos de personas realizando ejercicios de relajación, respiración y meditación. El sonido del agua en movimiento y el aire puro facilita ese tipo de actividades de distensión.

Un puente colgante une los extremos del arroyo y permite el paso de los bañistas hacia el límite más alto, desde donde se realizan clavados, ya que la piscina tiene una profundidad de 1,70 metros.

Los más pequeños también tienen su espacio en esta alberca, pues junto a la cubierta la profundidad del dique no supera los 40 centímetros, lo cual facilita el juego, la natación y otras actividades lúdicas de los infantes.

Dos canchas pequeñas de césped, cerca del área de picnic, permiten practicar en familia deportes como fútbol, voleibol, básquet, atletismo y ping-pong.

“Después de 5 días de estudios y tareas escolares, no hay nada mejor para los chicos que darse un chapuzón, jugar en el agua con sus amigos y disfrutar del aire puro que todavía se puede respirar en las cercanías de los bosques verdosos y húmedos, como el que tenemos aquí junto”, manifiesta Rolando Sánchez, puyense que cada fin de semana lleva a sus 3 hijos al dique.

Precisamente de ese bosque cercano se puede escuchar, durante todo el día, el canto melodioso y llamativo de los pájaros de la zona, entre los que están los loros amarillos, pericos encopetados y torcasas de monte.

Al caer la tarde, los bañistas todavía permanecen en la piscina, debido a la excelente temperatura que mantienen las aguas que están en constante movimiento depurando el arroyo.

Para llegar a ese lugar, desde la capital provincial se debe tomar la vía a Tena y desviarse hacia el costado derecho en el kilómetro 7. El acceso no tiene costo, y los turistas pueden ir todos los días.