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El archivo fue inaugurado hace 7 años con apoyo de la municipalidad y la prefectura

En Ambato, pocos padres e hijos buscan datos en la biblioteca

Gustavo Armijos, su hija Diana, de 12 años, y una compañera disfrutan una tarde de tareas en la biblioteca. Foto: José Miguel Castillo / El Telégrafo
Gustavo Armijos, su hija Diana, de 12 años, y una compañera disfrutan una tarde de tareas en la biblioteca. Foto: José Miguel Castillo / El Telégrafo
14 de junio de 2014 - 00:00 - Redacción Regional Centro

Ambato.-

Es la segunda vez que Elizabeth Páez acude a las instalaciones de la biblioteca de la ciudad en busca de información. Ella hizo un compromiso personal para estar allí con su hija Naomi, de 6 años, por lo menos 2 veces cada semana. “Ahora los niños se dedican demasiado a la tecnología y se olvidan de los libros y de potenciar sus habilidades manuales en compañía de los padres. Yo no quiero que eso le ocurra a mi pequeña”, aseguró.

Este archivo se inauguró el 23 de abril de 2007 gracias a un esfuerzo conjunto entre el Gobierno Provincial de Tungurahua y la Municipalidad de Ambato. Se encuentra en el centro de la urbe, en la esquina de las calles Sucre y Mariano Castillo.

Su particularidad es que funciona con la modalidad ‘estantería abierta’. Esto significa que los niños, jóvenes y adultos pueden acceder directamente a las colecciones de ambas instituciones, con responsabilidad y sin barreras.

Es por eso que a este sitio se lo considera la principal biblioteca integral del país con más de 70 mil textos disponibles. El lugar es acogedor, ordenado y limpio. El silencio predomina en las instalaciones.

El edificio está abierto de lunes a viernes de 09:00 a 12:30 y de 15:00 a 18:30. Sábados de 09:00 a 12:00.En sus amplias áreas distribuidas en 4 pisos, se adecuaron la biblioteca infantil, la ‘biblioluz’ (para personas no videntes), biblioteca virtual (internet y redes sociales), sala de videoconferencias, hemeroteca, archivo nacional y otras prestaciones como un centro de copias e impresiones. Páez y su hija se hallaban la tarde del lunes en la biblioteca infantil, situada en el subsuelo.

Ambas armaban varios rompecabezas y legos, conversaban alegremente y compartían su mutuo cariño. “Nos pasamos toda la tarde aquí. Luego de las actividades manuales, fuimos al área de lectura para repasar cuentos y que de ese modo mi niña se empiece a adelantar en la lectura y comprensión de situaciones. Leo o lee en voz alta y le ayudo con las palabras difíciles”, resaltó.

La mujer lamentó la escasa concurrencia de otros padres de familia con sus pequeños a este lugar. Toda la infraestructura está abierta al público de lunes a viernes en 2 horarios: de 09:00 a 12:30 y de 15:00 a 18:30. Los sábados de 09:00 a 12:00.

Evelyn Hidalgo, administradora de la biblioteca infantil, dijo que el único requisito para entrar es que los niños estén acompañados de sus progenitores o de una persona adulta. “Contamos con un área de manualidades para reforzar el aprendizaje y las matemáticas. También hacemos ‘cuentacuentos’  los viernes en la tarde. Estamos provistos de 1.012 libros”, precisó.

Los niños llegan con amigos y con el padre de uno de ellos, quien también se involucra en el examen de los textos: leyendas, cuentos, poesías, adivinanzas, zoología, valores, inglés, matemáticas, geometría, ciencias naturales, etc.

Fue el caso de Gustavo Armijos. “Vengo con mi hija Diana, de 12 años, para leer y reforzar las tareas que le dejan en el Liceo Cevallos. Es un sitio tranquilo y adecuado para los chicos. Pasamos muy bien aquí porque además de tener todo a la mano para efectuar los deberes, compartimos amenamente y nos conocemos mejor fuera de la casa”, aseguró Armijos.

LOS NIÑOS TIENEN 4 MOTIVOS PARA ACUDIR

El séptimo aniversario de esta singular biblioteca, el pasado 23 de abril, se celebró con la asistencia de estudiantes de secundaria, universitarios y padres de familia de la mano con sus hijos más pequeños.

El área infantil es una de las más visitadas por los pequeños, pues allí encuentran material didáctico, lúdico, cuentos y ‘cuentacuentos’. Según los registros, cada día acuden entre 30 y 40 chicos de 6 años en adelante.

A la administradora de esta sección, Evelyn Hidalgo, le llama la atención una niña en particular. “Es hija de una señora que vende caramelos en la esquina de las calles. A veces pasa aquí todo el día. Sabe armar todos los rompecabezas y conoce de memoria algunos cuentos. Apenas tiene 4 años. Es muy educada, pues sabe que no puede comer aquí adentro y cuando tiene que hacerlo sale y lo hace en las gradas de ingreso. Da gusto observarla y ayudarla”, aseguró.

Esta historia recuerda la trama de la película estadounidense Matilda Wormwood, proyectada en 1996 y que se refiere a una niña inquieta que se fugaba de la casa para instruirse en diversos temas en la biblioteca cercana, pues amaba estudiar y leer. Sus padres y hermano no la comprendían e ignoraban.

“Invito a los niños, padres de familia de la provincia, la región y del país que sean parte de este gran proyecto educativo que tiene mucho para ofrecer todavía. No debemos olvidar que la lectura desarrolla la creatividad y la imaginación de nuestros hijos y es importante darles un tiempo y una oportunidad para compartir con ellos.

En este sitio muchas familias han vuelto a conocerse, integrarse y llevarse mejor”, recomendó Hidalgo.

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