Los resultados de los operativos de control para evitar la venta de ramos elaborados con palma de cera en Pastaza, Cotopaxi, Tungurahua y Chimborazo, empezaron desde las 07:00 de ayer.

En las plazas y templos céntricos de Ambato, considerado uno de los principales mercados de la Sierra centro, los arreglos con esa planta no se ofertaron y en su lugar, cerca de 200 comerciantes informales, vendieron adornos fabricados con romero, bambú, rosas, trigo, cebada, ruda, olivo, totora, ciprés y otros.

En las afueras de la iglesia de Santo Domingo, a lo largo de una cuadra entre las calles Montalvo y Mera, se apostaron alrededor de 100 vendedores que provenían de diversas provincias.

“El año pasado nos decomisaron la palma de cera y perdimos plata. Eso fue suficiente para mí. Así que ahora decidimos confeccionar ramos con romero, ruda y olivo que se venden en 50 centavos y un dólar”, aseguró Carmen Llamuca, originaria del barrio Huachi La Florida, de la parroquia Huachi Grande, al sur de la capital tungurahuense.

El Domingo de Ramos para estos comerciantes empezó a las 03:00. A esa hora, se situaron en la vereda de la iglesia para asegurar un puesto que no excedía del metro cuadrado.

“Me gustaría que las autoridades controlaran a quienes cortan la palma de cera en la fuente misma y no nos perjudicaran a los vendedores. Pero ahora ya entendimos que eso afecta al ambiente y ya no lo ofertamos”, opinó Celia Landa, también procedente de Huachi.

Para mantener la ‘ilusión’ de los trenzados de palma que se hacía antaño, los mercaderes se las ingeniaron y crearon cruces con bambú y canastos con hojas de totora, cosechada en el entorno de la laguna de Colta, en Chimborazo.

Sin embargo, no todos cumplieron la disposición. En la madrugada de ayer, se decomisó un número no cuantificado de ramos de palma en las afueras de la iglesia de la Sagrada Familia, en el sector de la Simón Bolívar. De igual forma, funcionarios del Ministerio del Ambiente del Ecuador y del ECU-911, informaron de intervenciones en la región. El viernes, en el Mercado Mayorista de Latacunga, guardaparques de la Dirección Provincial del Ambiente, retiraron siete atados con aproximadamente 200 hojas cada uno y ocho palmas.

En la plaza Vicente Rocafuerte, en Saquisilí, se retuvieron 785 hojas y 775 adornos de palma de cera. En Pastaza, el MAE procedió igual con 70 ramos en los accesos viales.

En Chimborazo también hubo decomisos (no hay cifras todavía) de adornos y hojas de palma con el apoyo de la Unidad de Policía del Medio Ambiente.

En esta provincia, jóvenes del Servicio Civil Ciudadano elaboraron 600 ramos alternativos que repartieron en Riobamba, para evitar la deforestación de la otra especie.

Esto como parte de la campaña que impulsó el MAE denominada ‘Tradición y conservación van de la mano’, que pretende terminar con el uso de la palma de cera por ser el hábitat natural de dos especies en peligro de extinción: el loro orejiamarillo y el perico cachetidorado.

Este árbol alcanza fácilmente los 25 metros de altura en los bosques andinos. La Ley Forestal de Conservación de Áreas Naturales y Vida Silvestre (Art. 78) estipula: “Quien pode, tale, descortece, destruya, altere, adquiera, transporte, comercialice, o utilice productos de vida silvestre sin contrato, licencia o autorización, será sancionado con multas de uno a diez salarios mínimos vitales generales y el decomiso de los productos”.