En  2005 se formó el Comité Provincial de Mujeres de Tungurahua (CPMT), integrado por tres organizaciones de base. Y la primera tarea que asumieron sus integrantes fue la elaboración de la primera agenda publicada en  2006, la cual  estuvo vigente hasta  2010. Ayer, en el Salón Tungurahua, se efectuó el lanzamiento de la nueva agenda de género 2013- 2017.

Se trata de un documento que recoge los resultados de las asambleas cantonales y parroquiales sobre las demandas de hombres y mujeres en temas de género.
“Alrededor de 800 personas dieron sus aportes acerca de la problemática en la provincia de Tungurahua y así logramos visibilizar los graves problemas de violencia psicológica, física,  política y otras contra las mujeres”, indicó Mirian Auz, delegada del CPMT.

El objetivo de la agenda  es visibilizar y priorizar las necesidades ciudadanas en temas de género para que las instituciones públicas y privadas orienten su gestión hacia la reducción de las brechas existentes entre géneros.

María Fernanda Haro, otra delegada del CPMT, indicó que la nueva agenda les permitió ubicar cuatro ejes de trabajo:  económico productivo, convivencia, educación y participación ciudadana.

“Se han priorizado estos temas porque es allí donde hace falta incidir en equidad de género. En el sector productivo vemos que aún no existe un reconocimiento pleno de la importancia de la mujeres en el ámbito productivo”, señaló Haro.

Según los datos de la agenda de género, el 75% de las mujeres de Tungurahua trabaja fuera del hogar con una diferencia de 7,1% respecto a los hombres. Sin embargo sus actividades se ubican en trabajos informales o en malas condiciones.

Otro de los temas clave que están insertos en este documento es el de la convivencia, ya que actualmente Tungurahua es la segunda provincia que registra mayor violencia contra las mujeres  con el 70,8%, frente al 60,6% de mujeres a nivel nacional.

Entre las propuestas planteadas para salir de esa situación están  la organización de campañas de prevención y erradicación  de violencia intrafamiliar dentro de un proceso de sensibilización; levantar una línea base sobre la situación familiar en la provincia y establecer mecanismos de monitoreo.

En cuanto al tema de la participación ciudadana, se detectó que aún existe una falta de espacios y libertad para que las mujeres  puedan expresarse y hacer notar sus necesidades. Mientras que en el tema educativo, si bien no existen diferencias significativas entre mujeres y hombres sobre el acceso a la educación primaria y secundaria, sí hay una menor permanencia de las niñas en la educación básica y en el bachillerato.

“La agenda nos permite ver toda la problemática como provincia y es,  además, una herramienta para impulsar políticas de cambio”, afirmó Auz.

El documento presentado ayer, recoge también datos estadísticos sobre la realidad de hombres y mujeres, propuestas de actividades para aumentar la equidad de género y las necesidades políticas que deben ir a la par, para lograr un cambio en la realidad del género femenino.