Ecuador / Sábado, 04 Octubre 2025

El terremoto del 16 de abril sacó la mejor parte del espíritu de los ecuatorianos

La espontaneidad de la respuesta colectiva ha sido reemplazada con la acción del Estado en estos días.
Fernando Sandoval / El Telégrafo
Llegada de rescatistas, médicos y voluntarios; envío de muchas toneladas de donaciones y activación de la sociedad a través de conciertos y eventos solidarios ha sido la respuesta.

El terremoto de 7,8 grados que sacudió al país la noche del 16 de abril cambió radicalmente la vida de muchos ecuatorianos. Las principales afectaciones ocurrieron en los cantones Pedernales, Portoviejo y Manta de la provincia de Manabí. También hubo efectos en Muisne (Esmeraldas).

El movimiento telúrico dejó 663 muertos, 9 desaparecidos, 6.998 edificaciones destruidas y 2.740 más que presentan afectaciones. Aunque la mayor parte de la fuerza se sintió en las mencionadas localidades manabitas y esmeraldeñas, el sismo también dejó secuelas en otras zonas del país como Guayaquil y Guaranda.

En esta última hubo edificaciones colapsadas y 2 estructuras religiosas afectadas: la Catedral y el templo San Pedro de Guanujo. Las paredes de esta iglesia presentan cuarteaduras, una parte de la cubierta cayó, lo que causa mucha preocupación entre los fieles que asisten regularmente al sitio. El evento telúrico de abril fue uno de los más fuertes de los que se tienen registro en el Ecuador.

El hecho produjo la unidad de los ecuatorianos desde el principio. Primero a través de la presencia de rescatistas y voluntarios en la zona del desastre. Y unos pocos días más tarde mediante el envío de donaciones de todo tipo para atender las necesidades de las personas damnificadas. (I)