La Agencia Metropolitana de Control (AMC) de Quito clausuró una clínica clandestina de rehabilitación que operaba en Calderón, en el norte de la capital, bajo la fachada de un jardín de infantes. 

Durante el operativo se hallaron 47 personas internadas, entre ellas dos menores de edad (14 y 17 años). Tras una evaluación inicial realizada por la Agencia de Aseguramiento de la Calidad de los Servicios de Salud y Medicina Prepagada (ACESS), se indagó que varios de los internos podrían haber sido víctimas de abusos sexuales, psicológicos y físicos.

Una adolescente refirió que fue obligada por su propia hermana a permanecer en el centro para cuidar a su madre, quien también estaba ingresada allí. Las autoridades también identificaron a dos adultos mayores postrados en camas, sin recibir atención y en evidente abandono.

Gustavo Chiriboga, supervisor metropolitano de Control, declaró: "Estos lugares no solo incumplen con la normativa, sino que ponen en riesgo la integridad física y emocional de quienes buscan ayuda. Nuestro trabajo es proteger la vida y garantizar que ningún establecimiento funcione sin controles ni condiciones adecuadas”.

Los menores y los adultos mayores fueron trasladados a centros de salud para recibir valoración médica, apoyo psicológico y acompañamiento integral.

En paralelo, la Unidad de Bienestar Animal (UBA) inspeccionó el sitio y rescató ocho canes (cuatro adultos y cuatro cachorros), que estaban en malas condiciones, sin vacunas ni esterilización, situación que vulnera las cinco libertades del bienestar animal.

El responsable del centro enfrenta dos posibles sanciones:

- Una multa de hasta USD 3 760 por operar sin permisos.

- Una sanción adicional de hasta USD 1 081 por atentar contra el bienestar animal.

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