La manifestación realizada hoy por más de una centena de vecinos de La Tola, San Blas y vendedores del mercado Central. que se oponen a la idea de que las trabajadoras sexuales del centro sean reubicadas en la parte baja del paso a desnivel sur de la avenida Pichincha, logró su objetivo.

Tras una reunión de aproximadamente hora y media entre el alcalde Mauricio Rodas y los manifestantes, a la que asistieron varios funcionarios municipales, se anunció el inicio de una comisión para analizar el tema.

En esta instancia, intervendrán representantes de los moradores del centro, personal del Cabildo y miembros del gremio de sexoservidoras. Según el Alcalde, cualquier decisión que se adopte sobre el tema se hará en base del consenso ente todas las partes.

A la pregunta de qué pasará con la zona de tolerancia creada en el sector de La Cantera (en la parte occidental del Centro Histórico) en 2006, durante la administración de Paco Moncayo, Rodas aseguró que continuará en funcionamiento, pero que el sitio no es suficiente, por lo que se necesitan áreas alternativas para que las sexoservidoras ejerzan su labor.

La autoridad no se refirió al hecho de que La Cantera tiene capacidad para que operen allí 200 trabajadoras sexuales y actualmente solo atenderían allí unas 40.

La protesta de hoy partió de la intersección de la calle Oriente y Pichincha, atravesó varias calles del Centro Histórico y llegó hasta los bajos del Palacio Municipal donde obstaculizaron el tránsito en la calle Venezuela por una hora y media.

Los moradores aseguraron que no permitirán que la prostitución se ejerza cerca de su barrio. Una opinión que fue compartida por las sexoservidoras ubicadas en la esquina de las calles Oriente y Guayaquil. Una de las mujeres, que se identificó como Paola, dijo que la zona de la avenida Pichincha no les agrada porque es peligrosa pues en ella prolifera la delincuencia y el microtráfico de drogas.

“Nosotras no somos delincuentes; aquí no hay delincuencia ni droga, solo carne propia”, aseguró. (I)