Ana Almeida, coordinadora de la Iniciativa Coordinadora Patrulla Legal, ha trabajado por más de una década en temas de derechos de mujeres trans y población vulnerable. Este proceso le llevó a involucrarse, también, con la problemática del trabajo sexual en la ciudad.

Almeida menciona que existe una mayor persecución a las trabajadoras sexuales trans, por el tema de identidad de género. La problemática del trabajo sexual, desde una visión de derechos humanos, unió a las trabajadoras sexuales trans y mujeres, pues compartían situaciones de violencia, muy parecidas, por parte de la sociedad civil e instituciones públicas.

“La experiencia con las instituciones ha sido muy problemática, porque en primera instancia no hay claridad sobre cómo abordar el problema del trabajo sexual en la ciudad. Siempre ha existido mucha ambigüedad por parte de las autoridades, porque el tema del trabajo sexual pasa por lógicas de moralidad y derecho”.

Almeida mencionó que el Municipio se cuida mucho las espaldas cuando se trata este tema. ”Margarita Carranco, secretaria de Inclusión Social, es una persona que tiene mucha apertura, que se preocupa mucho por las mujeres y por temas de diversidad también. Pero más allá de la buena intención que una persona pueda tener, se encuentran las políticas de la autoridad; es decir la municipal y esa política es ambigua”.

La Coordinadora Patrulla Legal propuso al Municipio mesas de diálogo, en las cuales se defina esta problemática. “El trabajo sexual en el país no es un delito, sino una actividad comercial que se realiza entre 2 personas adultas. Mas la política municipal no es clara; claro, este tema es sobre todo político y tiene un costo. Margarita, a nivel personal, es muy buena gente y conocemos su trabajo, pero ya a nivel institucional se cuida las espaldas. Eso es entendible, pero no hay la voluntad de seguir”, dijo.

Ana señaló otra particularidad sobre las políticas que se implementa en la ciudad sobre espacio público. “El Municipio pretende crear una ciudad bonita, pero vaciada de las vivencias cotidianas. No les gusta lo que es feo, pero las ciudades no son solo bonitas, sino que las ciudades, sobre todo Quito que es patrimonial, tiene una población viviendo ahí, que está inmersa en problemáticas. Se debe realizar este ejercicio político, de acercamientos y diálogos. Se necesita llegar acuerdos entre vecinos y trabajadoras sexuales”.

Sobre el tema de reubicación, Almeida señaló que el primer paso es tener la voluntad de hablar sobre este problema, pues el trabajo sexual no se resuelve retirando a la gente a las periferias. (I)