San Roque es uno de los barrios tradicionales de la capital y es conocido como  un centro de abastos  donde confluyen comerciantes de todas las provincias. Sus calles están llenas de vendedores, frutas, legumbres y mariscos, un paisaje ya cotidiano para sus moradores.  

Pero San Roque también es identificado como uno de los barrios más inseguros de la ciudad, a pesar de los operativos constantes para la desarticulación de bandas delictivas.

El último operativo policial que se realizó en este sector reveló una red familiar dedicada al robo y venta de drogas. Aquello fue difundido por los medios de comunicación en base a videos que captaron el modo en que operaban esas bandas, conformadas incluso por menores de edad y adultos mayores.   

Ante esta realidad, una pregunta latente es ¿cómo viven los moradores de este barrio? San Roque tiene aproximadamente 3.000 habitantes y la mayoría se dedica al comercio, sobre todo, de alimentos y productos de primera necesidad. Los vecinos que son mayoritariamente de otras provincias, hace algunos años se asentaron allí.

Gladys Salazar (30 años) vende  mariscos en la zona desde las 02:00. Ella vive en el sector conocido como las “Gradas del diablo”, ubicado entre  las calles Huayna Cápac y Archidona, unas cuadras más arriba del mercado. La mujer trabaja allí desde hace más de 15 años y cuenta que es difícil luchar contra la delincuencia. “Hace cinco meses una de nuestras vecinas denunció un robo en la Unidad de Policía Comunitaria (UPC) del barrio y a la semana siguiente los mismos ladrones fueron hasta su casa, la golpearon y la amenazaron para que no vuelva a denunciarlos”, contó.

Salazar dijo que las amenazas y la violencia a la que se exponen los moradores son algunos de los motivos por los que en San Roque no existe una organización barrial ni brigadas comunitarias que garanticen la seguridad de su gente.   

Margarita Gualli (23 años)  vive en este sector desde que era niña. Ella tiene su taller de costura en la calle Cumandá y comenta que la venta de drogas es una de las principales causas de la delincuencia. “Aquí la droga se vende como si fuera pan. Hace dos meses robaron mi negocio, se llevaron casi todo: telas, botones, mi máquina de coser, entre otras cosas. De nuestro barrio se olvidaron las autoridades. Eso ocurrió en  enero y los vecinos decidimos unirnos, en ese momento la Policía nos prestó toda su ayuda, casi cinco meses logramos estar un poco tranquilos, pero luego nos enteramos de que los policías del lugar recibieron  amenazas de una de las bandas y se fueron”, relató con inconformidad.

Ramiro Ortega, jefe de la Policía Judicial (PJ) de San Roque, señaló que los factores para que este lugar de la ciudad sea conflictivo es que al ser una zona comercial tiene gran afluencia de personas, vehículos y mercadería, lo cual le convierte en un sitio estratégico para la delincuencia.

Mauro Reinoso lleva cinco años viviendo en este barrio y comentó que otro factor que hace de este lugar un foco de inseguridad, es que ahí no existen actividades como en otros barrios de la ciudad. “En San Roque no se encuentran actividades culturales y sociales, un poco las deportivas, pero es importante que las autoridades se acuerden de este sitio, quizá si hubiera más áreas verdes o este tipo de ocupaciones, la gente cambiaría. Lo que pasa aquí, es que los mismos vecinos son los que se organizan para delinquir, no es gente de fuera son nuestros mismos vecinos quienes nos roban”.

Pilar Guacho, directora de comunicación de la Administración Zonal Centro, señaló que los moradores de San Roque pueden acceder a distintas actividades en el Centro de Desarrollo Comunitario del barrio de San Diego y que ahí no existe un CDC por motivos de sectorización.

Los moradores piden que exista un CDC en el barrio y que se realicen más actividades sociales.