La capital de la República inició una campaña a escala internacional para promocionarse como una zona segura ante cualquier riesgo de contraer la enfermedad del zika.

La empresa municipal Quito Turismo informa que a pesar de la ubicación de la ciudad en plena zona tórrida por encontrarse cerca de la Línea Ecuatorial, la altitud a la que se encuentra la convierte en un hábitat casi imposible para la existencia del mosquito Aedes aegypti.

El insecto es el propagador de esa enfermedad, así como del dengue y la chikunguña. Se desarrolla y reproduce en zonas bajas y de clima cálido. El epidemiólogo ecuatoriano Marcelo Aguilar aseguró (citado por la agencia de noticias municipal) que los destinos ubicados por encima de los 800 metros sobre el nivel del mar no registran la presencia del mosquito que transmite el zika.

La campaña es similar a las que iniciaron con anterioridad otras urbes latinoamericanas como Bogotá y México con el fin de evitar impacto negativo en el número de visitantes.

Las autoridades sanitarias y turísticas del Ecuador trabajan de manera conjunta en el manejo de la enfermedad. Una de las acciones es la eliminación de los criaderos de mosquitos (I)