Como un despilfarro califica Lothar Ranft, dirigente de la urbanización El Condado, al proyecto de la Alcaldía de Quito de construir una línea de transporte en teleférico desde la zona del barrio Roldós hasta la estación La Ofelia del Metrobús.

Ranft participó ayer en el espacio de entrevistas del noticiero matinal de la Radio Pública, en donde se refirió a la oposición de moradores del noroccidente de Quito a la idea.

El ciudadano comparó los $ 44 millones que costaría construir esa ruta con los $ 33,1 millones que invirtió el Municipio en comprar 80 buses biarticulados que deben llegar en breve a la ciudad.

Ranft apuntó que la capacidad de transportación que tienen las unidades biarticuladas (250 personas por viaje) les permitiría llevar a 20 mil personas si circularan todas al mismo tiempo.

Ello contrasta con los 2 mil pasajeros que podrían viajar como máximo cada hora a través de las cabinas del proyecto bautizado por la Alcaldía como Quitocables. Esto a razón de 10 ciudadanos por cabina.

En el mismo sentido, el directivo cuestionó las cifras que maneja el Cabido respecto a que desde la primera fase de operación la línea norte del teleférico se satisfaría la demanda de transportación de 30 mil personas diarias. Afirmó que para que ello fuera posible, el sistema debería operar a tope (2 mil pasajeros por hora) durante 15 horas cada jornada.

Señaló que, de acuerdo con los datos que maneja, la línea K de la ciudad colombiana de Medellín y la cual conecta con el metro, “después de 12 años de operación continua ha logrado manejar 20 mil viajes día”.

A su juicio, la Alcaldía maneja las cifras como si se tratara de un chiste. Dijo que, por principios, no existe tal demanda de transporte en esa zona de la ciudad. Añadió que un estudio sobre movilidad elaborado por la administración pasada estableció que la demanda de movilización desde el barrio Roldós es de unos 25 mil viajes diarios.

Según Ranft, las afirmaciones del gobierno local respecto a que se ha   socializado con los vecinos de la zona noroccidental de Quito sobre el proyecto “son una mentira”.

Ángel Veintimilla, morador del barrio Colinas del Norte y directivo de la liga barrial de esa zona, concordó en que la Alcaldía no ha presentado detalles ni cifras sobre el sistema de movilidad a los vecinos.

Veintimilla aseguró que como alternativa, los moradores plantean que se retome el plan de ensanchamiento de la calle Machala; que se construya una vía de desfogue entre la Rumihurco y la av. Manuel Córdova Galarza (a la Mitad del Mundo) y se edifique una obra de descongestión en la intersección de la av. Mariscal Sucre y Rumihurco.

El vecino señaló que con el dinero que se ahorre el Municipio, podrían atender otras necesidades de los barrios a los que pretende beneficiar con el teleférico.

‘No’ a las propuestas ciudadanas

Mientras se producía la entrevista en Radio Pública, el secretario metropolitano de Movilidad, Darío Tapia, hablaba en radio Visión sobre este tema. Tapia negó la posibilidad de ejecutar las propuestas planteadas por los vecinos del noroccidente como alternativa a los Quitocables.

De acuerdo con el funcionario, ninguna tiene viabilidad. Sobre la posibilidad de ampliar la calle Machala y construir un paso hasta la autopista Manuel Córdova Galarza, señaló que “ninguna ciudad del mundo se atrevería en este momento a pensar que la solución al tráfico es construir más vías”.

En cuanto a la idea de un paso deprimido o redondel en el cruce de la Mariscal Sucre y Rumihurco, dijo que eso ha sido descartado por diversos estudios desde el 2012.

El secretario de movilidad municipal apuntó, además, que ese tipo de planteamientos constituiría una solución a lo sumo para año y medio y para su ejecución se requeriría más de $ 20 millones. “El despilfarro sería hacer vías y no tener un sistema de transporte a largo aliento”, señaló. (I)

DATOS

Los Quitocables son el proyecto estrella de movilidad de la actual Alcaldía capitalina. En principio se hablaba de 4 líneas de esta movilidad de transporte.

Actualmente, el Cabildo trabaja en la preparación de la ruta norte y se encuentra a la espera de conseguir un socio privado que financie la construcción de la línea sur a cambio de su manejo.

El proyecto ha ido sufriendo modificaciones en el camino. La línea sur debía, primero, unir a La Argelia con La Mena 2; ahora se habla de ir también desde La Argelia hasta el cantón Rumiñahui (más al sur).

La línea norte uniría, en un inicio, a Pisulí y La Roldós con La Ofelia mediante teleféricos. Ahora se plantea que únicamente haya estación en el segundo de esos sectores y los otros se unan mediante buses.