La contaminación, que puede empezar arrojando un papel en la calle, puede alcanzar muchos entornos: aire, agua, mares.

La mayor fuente de contaminación del aire es el esmog que producen los vehículos y las fábricas. Además, la tala de bosques reduce la posibilidad de limpieza de la atmósfera. Al agua la contamina principalmente la basura.

Hay quienes realizan campañas de reciclaje como una forma de ayudar, mientras que otros se muestran indiferentes ante el problema y no piensan en el futuro.

Los grupos más vulnerables frente a la contaminación son los niños, las mujeres embarazadas, las personas con afecciones respiratorias y los ancianos con enfermedades crónicas.

Sus consecuencias pueden ser fatales para la vida humana y de las otras especies. Un paso importante para mejorar nuestra vida es lograr que el ser humano cambie su actitud respecto al medioambiente, respetándolo.

Todos debemos aprender que la naturaleza es un bien que se puede agotar y es insustituible y que no la podemos modificar o destruir a nuestro antojo.

Dayana Sánchez, alumna del Colegio Simón Bolívar, dijo que para ayudar al medioambiente ella haría campañas de reciclaje y motivaría a las personas para que no contaminen porque el hombre está dañando la capa de ozono y eso afecta a todos los habitantes del planeta.

Patricia Semblantes, su compañera, dijo que quienes contaminan dejan el planeta sucio y no piensan en los demás. Ella sostuvo que ha intervenido en campañas en favor de la naturaleza.

El docente Lenin Bustos apuntó que la contaminación “es un mal social que afecta a todos los seres vivos que habitan el planeta. No existirá futuro si seguimos contaminando. Hay que reflexionar sobre lo que hacemos. Las personas deben aprender valores y respeto”.

Nashely Albán (14 años) opinó que la contaminación no debería ocurrir pues debemos cuidar en donde vivimos. (I)