El último tramo del colector de la cuenca  Anglo French,   ubicado en la avenida 10 de Agosto, desde la calle Tarqui hasta  Patria , frente al parque El Ejido, se entregará hoy a las 10:00  por parte de la a Empresa Pública Metropolitana de Agua Potable y Saneamiento (Epmaps).

El proyecto de mejoramiento y ampliación de los colectores tuvo como objetivo la renovación de este sistema, que tiene  más de 50 años de antigüedad, lo que ocasionaba que en cada época invernal se produjeran graves inundaciones y hundimientos de veredas, calles y pasos deprimidos del sector.

El proceso de contratación de las obras  se  realizó mediante licitaciones públicas, nacionales e internacionales, organizadas en cuatro grupos y financiadas con el Banco Interamericano de Desarrollo. Este proyecto se ejecutó en cuatro tramos, con una inversión de 18,6 millones de dólares, y comenzó el 14 de julio de 2008.

El área de influencia del sistema Anglo French, de  818 hectáreas, en su mayoría beneficia a barrios del centro,  incluye el parque de La Alameda; la ladera occidental del Itchimbía, que drena hacia la Avenida Colombia; los barrios La Vicentina y La Floresta.

Además del parque El Ejido, el barrio Miraflores y la cuenca de la quebrada del mismo nombre; el barrio América y todas las zonas ubicadas en la loma de San Juan, que drenan hacia la Avenida  América.

Moradores del sector, como Juan Pacheco, dueño de un local comercial, explican que en época invernal el agua inundaba tiendas, negocios, restaurantes e incluso un parqueadero subterráneo.

Quienes caminan por el costado de la parada del trole deben  hacerlo esquivando el agua que ahí se empoza. El nivel del líquido tampoco permitía ver la división del parterre y la calle, lo que en varias ocasiones provocó accidentes vehiculares.

Para Juan, la reconstrucción del colector es buena, sin embargo cree que  se deberá esperar a que llueva para ver si el trabajo fue bueno o no. Zoila Andrade, quien lleva más de 10 años vendiendo golosinas en una esquina, asegura que durante el invierno debe cubrir con plásticos su pequeño puesto, pues cada vez que un vehículo pasa, corre el riesgo de que sus productos se mojen.

Santiago Suárez, un estudiante que transita a diario por el lugar, explica que era común que los peatones tengan que esquivar y caminar con cuidado, pues el agua no permitía divisar bordes, huecos y alcantarillas, en donde más de uno, incluyendo él, ha sufrido algún tipo de accidente.