El 19 de febrero pasado, 9 meses después de la posesión de Mauricio Rodas, la Alcaldía de Quito presentó su Nuevo Modelo de Gestión de Mercados ante el Concejo.

El proyecto plantea, en lo medular, el mejoramiento de la infraestructura y la ubicación de los sitios dentro de una tipología formada por 6 categorías.

Por ejemplo, el Mercado de San Francisco (Centro Histórico) fue reinaugurado como un ‘mercado turístico’ el 26 de enero. Los cambios no han llegado todavía al 100% de lugares de abasto de la capital.

Un caso de este tipo es el mercado de Chiriyacu (centro-sur), cuyos comerciantes señalan que la mayoría de obras realizadas en el sitio en los últimos meses fueron el fruto de autogestión de las 10 asociaciones que existen allí.

“La realidad de los mercados de la ciudad es la misma. Las autoridades nos tienen abandonados desde hace mucho tiempo. En Chiriyacu necesitamos de manera urgente agua, luz, alcantarillado y baterías sanitarias”, dijo un integrante de la Asociación 8 de Marzo.

Igualmente, el mercado de San Roque (zona colonial) tiene problemas de infraestructura: las paredes están rajadas, los vidrios rotos, los pisos están dañados, las casetas de los comerciantes se hallan en mal estado, hay partes sin desagües. Sus ocupantes aseguran que el edificio no ha sido intervenido hace una década.

Pero lo que más les preocupa es la falta de respuesta frente a las interrogantes sobre el proyecto de transformación del sitio en mercado minorista y la reubicación de los mayoristas en el norte de la urbe.

Una situación similar se vive en Cotocollao (norte), donde desde hace 2 años la pared principal resquebrajada y las ventas informales externas generan quejas. (I)