Hace pocos días el titular de la Senescyt, René Ramírez, dio a conocer un importante tema: la biopiratería. La incidencia mediática fue poca, pese a que se hizo pública una grave denuncia que afecta la vida de todos.

Se declaró la nulidad de las patentes de recursos genéticos endémicos del país que no han contado con permisos de acceso. ¿Qué significa eso? Al declarar la nulidad, el Ecuador hace un llamado a repensar el significado de la propiedad intelectual en el contexto actual. La cuestión es cómo el monopolio funciona sobre la propiedad intelectual minando la condición esencial para la producción del conocimiento: el acceso a lo que fue producido.

Históricamente, el justificativo para los derechos de propiedad intelectual se refería a la necesidad de incentivar vía recompensa monetaria las buenas ideas, como una manera de garantizar el progreso de las ciencias.

Actualmente esta figura asume aspecto bastante distinto. La patente hecha sin la autorización del estado soberano detentor de los derechos sobre los recursos no incentiva la producción de conocimiento. Ninguna de las 128 patentes en las que se encuentran presentes invenciones desarrolladas a partir de recursos genéticos endémicos, solicitaron autorización al Ecuador para acceder a sus recursos. El 88% de ellas está concentrada en los países desarrollados, como Estados Unidos, Alemania y Países Bajos. Eso apunta a que la propiedad intelectual impide la producción de conocimiento, ya que impide el acceso al mismo.

La Senescyt menciona el Convenio de Diversidad Biológica (CDB), pero no el conflicto que este establece con el Tratado de Propiedad Intelectual de la OMC (TRIPS). Mientras la CDB establece principios de reparto justo de los beneficios de los recursos de los conocimientos tradicionales, el sistema de patentes del TRIPS protege y asegura el monopolio y la propiedad a los que poseen y desarrollan nuevas tecnologías y productos, incluso los oriundos de la biodiversidad pirateada. Las propuestas de implementación de la CDB entre los países megabiodiversos y aquellos detenedores de más tecnología no prosperan en función de que algunos países no han ratificado ese tratado multilateral y, por eso, no están obligados a respetar y no respetan sus principios.

Ecuador está dando un paso histórico en la protección de su soberanía sobre los recursos genéticos para lograr un marco regulatorio adecuado de propiedad intelectual con el Código Ingenios. Se establece un nuevo equilibrio entre los necesarios incentivos a creadores, dentro de un marco regulatorio adecuado para combatir la biopiratería. El Código Ingenios es emblemático para el Ecuador. Propone vencer la dependencia en materia de conocimiento y plantea la necesidad de hacer el conocimiento público en un mundo que se rige por la lógica del hiperpatentamiento. El debate social sobre el tema es necesario y lo que está en juego es la emancipación social. (O)