Ecuador, 23 de Abril de 2024
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El Telégrafo
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Pérdida del equilibrio ambiental

Quizá una película animé japonés nos recuerda que la sociedad moderna ha perdido su relación con el medioambiente y se ha divorciado de lo no-humano: el mundo animal y el de los microorganismos. Tal película es La guerra de los mapaches (1994) de Isao Takahata disponible en Netflix entre las obras del Studio Ghibli.

Se trata de un filme que nos concientiza sobre los tiempos actuales, si se piensa que la pandemia que se vive también tiene que ver con el daño medioambiental que el ser humano causó en su propio hogar, la Tierra.

La película nos pone en el lugar de unos animales del bosque, los cuales, de pronto ven cómo su entorno se destruye por la desmedida construcción urbana, el reencauce y entubamiento de ríos, el reemplazo de árboles y plantas por otras no endémicas, el cubrimiento de la tierra por kilómetros de asfalto, etc. Los mapaches, protagonistas de este drama, tienen la capacidad de transformarse hasta estar en la piel y en los zapatos de los humanos. Esto les sirve para desatar una especie de “guerra” contra los invasores humanos para que no sigan depredando. Hay una clara denuncia contra los planificadores urbanos, inversionistas y especuladores para los cuales la tierra es medio de enriquecimiento.

La guerra desatada por los animales es desigual. Su intento por recuperar el bosque implica enviar señales corporizando espíritus. El problema es que los humanos, en tanto manifiestan su etnocentrismo, les es indiferente los signos que lanzan los animales, y ven los espíritus como si fueran parte del imaginario folclórico del país. Takahata con ello nos manifiesta que el ser humano no entiende y tampoco se ha preocupado por escuchar las voces de los no-humanos, esas voces de los bosques, de la naturaleza, de la vida esencial, al punto de aniquilarles mediante la caza o la matanza sistemática en nombre de la civilización.

En la medida que los bosques y los animales, los seres vivos de la naturaleza desaparecen es claro que el ser humano se erige como dueño y señor del orden natural. Pero la consecuencia de tal obra es un cambio irreversible que será sufrido por las futuras generaciones. La guerra de los mapaches, así, es un cine reflexivo: advierte que la modernidad hizo que el ser humano se desentienda del orden natural, al punto que la vida se la vea sin esencia. Frente al materialismo que funda nuestras sociedades, Takahata invita al ecologismo. (I)

 

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