Da pena decirlo, pero es quizás la más fea y descuidada construcción de utilidad pública en Quito. Fue construido en 1951 y cedido en administración a la Concentración Deportiva de Pichincha.

La selección absoluta de fútbol de Ecuador clasificó tres veces al Campeonato Mundial en esa cancha; Jaime Roldós Aguilera pronunció desde ahí su último y recordado discurso; el papa Juan Pablo II se reunió allí con miles de feligreses y se han presentado un sinnúmero de artistas internacionales de mucho prestigio. El césped, la pista sintética y varios cientos de sillas plásticas en la tribuna son las únicas reformas que se han hecho en su interior.

Los baños siguen siendo los mismos desde hace décadas -ahora ya no cobran 10 centavos por el uso-, las gradas, la “cafetería”, las taquillas y los parqueaderos están en abandono, es decir, descuidados, desorganizados, sucios. Las cabinas de transmisión se amontonan bajo la enorme y antigua visera con cables que cuelgan por todos lados y balcones improvisados para la televisión. Las radios de provincia tienen cabinas metálicas muy poco funcionales.

El “palco de prensa” son desvencijados pupitres de metal en los que nos hemos acomodado -como se ha podido- en los torneos internacionales, y la sala de prensa es digna de no ser mencionada. El marcador fue instalado en el año 1985, lo que lo convierte en casi un milagro de la tecnología pues -con algunos defectos- aún puede anunciar los resultados y uno que otro mensaje social. Gran parte de los focos de las torres de iluminación están quemados.

Las ventas se realizan en los mismos locales de hace más de 60 años, a pocos metros del “búnker” construido por Lucio Gutiérrez y otros espacios de cemento abandonados. Los gimnasios –si así pueden ser llamados los locales exteriores en los que se practican varios deportes- están rodeados de la única pintura nueva: los grafitis. La fachada del Olímpico -que colinda con una de las zonas más modernas y bonitas del centro norte de Quito- tiene como adorno unas despintadas letras que rezan Concentración Deportiva de Pichincha, el administrador. Nadie se ha hecho cargo de la remodelación del “coloso” del Batán, pero todos lo usan. El Municipio, los organizadores de eventos y carreras pedestres, los equipos de fútbol, los gobiernos, la Iglesia, los colegios, la Concentración. ¿Alguien se ofrece? (I)