Actualmente, existe una creciente tendencia al debate medioambiental internacional debido a nuevas evidencias aportadas por diversos estudios sobre la posible escasez del agua en los próximos años. Las Naciones Unidas advierte que el ser humano se enfrenta, en este comienzo de siglo, a una grave crisis del líquido vital, causado por la mala gestión de quienes lo administran y por la utilización de métodos inadecuados.

El enfoque principal es hacia el estado de pobreza en que vive un amplio porcentaje de la población, y que a su vez es un síntoma y una causa de su problemática hídrica.

Históricamente, la tierra cultivable en muchos países en subdesarrollo ha sufrido un proceso de degradación y desertificación acelerado. Según cifras mundiales, el 75% de la población vive en áreas rurales, y depende de la agricultura para vivir.

En África Negra, solo 30% de la población tiene acceso al saneamiento hídrico, y más del 50% está excluido de los servicios básicos. Además, la cultura agrícola basa la producción a través de los medios tradicionales, aspecto que afecta la capacidad de adaptación de las poblaciones a la estabilidad en la apropiación de alimentos.

Pero no todo son malas noticias. Escuchando a Chris Reij, del Instituto Global de Recursos, de cómo volver nuevamente verde al desierto, la esperanza de un mundo mejor retorna. El Sahel (desde el Sahara hasta el Nilo Blanco), con la mayoría de sus tierras áridas, por su escasez de agua, acoge a 390 mill de personas. Este proyecto apoya las innovaciones de bajo costo en el manejo de árboles, para mejorar la seguridad alimentaria, la reducción de la pobreza y la resiliencia climática. El reverdecimiento es un proceso en el cual los agricultores protegen y administran los árboles que se regeneran de forma natural en lugar de cortarlos. Esto restaura las tierras degradadas, aumenta los rendimientos de las cosechas, la recarga de aguas subterráneas y el almacenamiento de carbono. Es decir, hay una forma rentable y “climáticamente inteligente”.  Estos innovadores también han desarrollado técnicas de recolección de agua  que restablecen la productividad de las tierras degradadas y mejoran el paisaje. (I)