La cita entre Donald Trump y Lenín Moreno ineludiblemente es una reunión de singular importancia para el Gobierno de Ecuador. Geopolíticamente creo para el Gobierno de Estados Unidos es un tema secundario, porque imagino hay países que le generan muchas más preocupaciones y donde tienen quizás muchos más intereses.

Creo que para el Gobierno de Ecuador, por cómo ha conducido la política económica, la diplomacia internacional en muchas de sus facetas, y las relaciones políticas tanto internas como externas, va a ser un hecho de singular importancia y la nominación de la nueva embajadora ante EE.UU., la señora Ivonne Baki, va en esa línea. Su nombramiento reciente no creo que sea irrelevante.

Hay por lo menos cuatro temas que justifican la realización de la agenda. Uno tiene que ver con la virtual intervención militar que el Gobierno de EE.UU. hace en suelo patrio. El otro eje tiene que ver con la coincidencia política del Gobierno actual con ciertos dictados internacionales y con ciertas corrientes en el ámbito político, que incluso se vinculan con lo judicial y con el offer que están patrocinadas por el Gobierno de EE.UU. y por sus aliados en América Latina; en este punto seguramente pasarán revista a qué se ha hecho bien, qué falta por hacer, qué otro apoyo se necesita...

El tercer eje tiene que ver con Julian Assange; vamos a coincidir todos en que si el tema no se lo trata, por lo menos en la agenda de alguien estuvo o estará, porque EE.UU. tenía un interés particular judicial sobre Assange y este estaba asilado políticamente en la embajada de Ecuador.

El cuarto punto tiene que ver con el Fondo Monetario Internacional (FMI), ya que hay cosas que no se las está pudiendo cumplir, hay ciertas regulaciones que no se las ha podido pasar en la Asamblea y el FMI está ya impaciente. EE.UU. es principalmente el país que sostiene y dicta las políticas del FMI y también del Banco Mundial (BM). (O)