Publicidad
La votación convoca a los ‘tricolores’ en EE. UU. y Europa
Todo dependerá del clima. Eso dicen las autoridades consulares ecuatorianas en Estados Unidos, América Latina y Europa. El frío o el calor en esos países tendrá una influencia directa en el voto de los connacionales repartidos en el mundo.
Hoy, en los comicios para la consulta popular, la nieve, el sol y las nubes jugarán un papel decisivo.
Pero también hay otro detalle para tomar en cuenta: el sufragio tricolor no es obligatorio en el extranjero. Eso sumado al clima puede disparar el ausentismo que fue de 64,8% en las elecciones presidenciales de 2017.
Así lo reconocen los cónsules con los que habló diario EL TELÉGRAFO. Por ejemplo, Linda Machuca, titular del consulado de Ecuador en Nueva York, espera que los compatriotas acudan a votar.
En la Gran Manzana hay 35.000 personas inscritas en el padrón electoral, pero eso no significa que todos ellos concurran a los recintos electorales para rayar las papeletas con las siete preguntas.
En la enorme ciudad de la estatua de la Libertad y de los rascacielos viven 300.000 ecuatorianos, según el último censo del consulado.
“Quisiera que votaran todos los registrados, pero la migración siempre implica ausentismo. Muchos compatriotas trabajan el fin de semana y otros no salen por el clima frío o la distancia entre sus casas y los recintos electorales. Además, la mayoría pueden estar desconectados con el país”, explica Machuca.
Al sur de Estados Unidos, en Miami, Florida, Henry Sarmiento está preparado para votar. Él, que tiene la residencia estadounidense, llegó en el 2016 con su esposa e hija.
En Ecuador tiene una empresa de reactivos para laboratorio y en Miami una pequeña compañía de jugo y té, elaborados con aguacate.
“Queremos cambios en el país pero, sobre todo, esperamos sepultar la corrupción”, cuenta vía telefónica.
En el fin del mundo, como dice la escritora Isabel Allende al referirse a su país, Chile, los ecuatorianos sufragarán bajo un intenso sol y una temperatura de 34 grados centígrados.
Ese es el pronóstico para este 4 de febrero de la Oficina Meteorológica, narra el cónsul Carlos López. El recinto electoral está en Providencia-Santiago y hay dos estaciones de Metro para llegar hasta allí.
Solo 5.326 compatriotas están registrados en el padrón electoral, pero 32.000 ecuatorianos tienen residencia en la nación de Pablo Neruda.
“El 70% es profesional en medicina y odontología, y el 30% está dedicado a otros oficios, como los artesanos muy apreciados por sus trabajos a mano”, recalca López.
El día de las votaciones hay dos eventos que unirán a los tricolores: La eliminatoria de la Copa Davis entre Ecuador y Chile y la Fórmula E, de coches eléctricos.
“Esperamos que la asistencia supere el promedio histórico del 40% de los empadronados que conseguimos en las elecciones pasadas”.
En Venezuela, que está en la mirada mundial por su profunda crisis económica, política y social, los ecuatorianos votarán en tres centros de las ciudades: Caracas, Valencia y Mérida.
Hay 14.588 inscritos en el padrón electoral, pero no hay muchas expectativas sobre su participación.
Algunos han regresado a Ecuador, otros no podrán pagar el alto costo del traslado hasta los recintos electorales y algunos tampoco disponen de dinero en efectivo para su movilización, explica Juan Fernando Flores, arquitecto ecuatoriano residente en Caracas.
Los compatriotas que viven en el Viejo Continente también están listos para sufragar. En Murcia, España, una de las regiones de mayor concentración de migrantes ecuatorianos, el consulado dio cursos de capacitación para los integrantes de las juntas electorales. Allí hay cuatro recintos de votación: Murcia, Lorca, Cartagena y Jumilla.
Hay 45.000 coterráneos, dedicados al sector agroindustrial, es decir, a las huertas de producción de frutales y hortalizas. Además trabajan en el área de servicios.
Según el cónsul Carlos Espinoza, existe un porcentaje importante de ecuatorianos con carta de permanencia.
“Casi la totalidad de los que migraron entre 2002 y 2008 ya tienen nacionalidad española”, indica por teléfono a este diario.
Allí han coordinado con las autoridades de la fuerza pública y el servicio de seguridad privada para mantener la cadena de custodia del material electoral y de los bienes en los recintos.
La oficina consular ha difundido el contenido de las siete preguntas de la consulta en su página web. Pero, además, repartirán hojas informativas sobre ese tema.
En cambio, en la península italiana hay 79.586 residentes conciudadanos. Génova, Milán y Roma son las ciudades que han escogido los tricolores para trabajar y echar raíces. En el puerto desde donde salió Cristóbal Colón con destino a América Latina vive Jackelin Chicaiza, presidenta de la Asociación de Ecuatorianos en Génova.
Vía telefónica, ella asegura que irá a votar porque “queremos que fiscalicen a todos los corruptos y que nada quede en la impunidad”.
“Al norte de Italia, en territorio suizo, están dos recintos electorales: Laussane y Berna, y un total de 3.170 empadronados”, señala el cónsul Juan Pablo Fernández.
“Es difícil tener una hora exacta para los resultados. Sin embargo, podría ser las 22:00; el conteo duraría unas cinco horas”.
En Suiza hay más de 5.000 ecuatorianos registrados dedicados a los servicios, otros administran locales y otros son obreros.
Colombia: pionero en votaciones en el exterior
En Colombia, la posibilidad de participar en elecciones a pesar de la distancia es antigua, dice un estudio de Olga González, de la Universidad de París y la del Valle, sobre el voto de los colombianos en el exterior.
Según ese documento, la ley que permite a los emigrantes ejercer el derecho al voto para la elección presidencial desde el exterior fue adoptada en 1961. Eso significa que ese país está entre los pioneros en materia de reglas de participación electoral en América Latina. Pero esto fue consecuencia del masivo éxodo de colombianos hacia Venezuela, el cual se produjo desde los años 50 (Gómez y Díaz, 1983), cuando miles de personas huían de la violencia partidista que azotaba a los campos colombianos, señala el estudio.
La introducción del voto en el exterior fue una “estrategia para cubrir de legitimidad a un régimen político desacreditado, que había generado una escalada de violencia y que limitaba el ejercicio de la democracia mediante el pacto que estableció el Frente Nacional”, indica dicho informe.
La ampliación de los espacios democráticos, 30 años después, fue otro momento de extrema tensión: el proceso de paz con los grupos guerrilleros, el terror desencadenado por la guerra de los narcotraficantes contra el Estado y el descrédito de los partidos tradicionales, subraya el estudio.
En este contexto convulsionado, la Constitución de 1991 buscó reformar el sistema político y ampliar los espacios democráticos abrió los espacios de participación y representación en el Senado y en la Cámara de Representantes. La Carta consagró así la posibilidad de que los colombianos del exterior eligieran a los senadores.
La Constitución, que tuvo como fuente de inspiración los principios multiculturales que reconocían la diversidad de la nación, dispuso que habría “circunscripciones especiales” para las minorías culturales y políticas, reza el artículo.
Además de las nuevas curules para los antiguos miembros de las guerrillas, los indígenas y las poblaciones afrocolombianas, se dispuso la creación de una “circunscripción especial para los colombianos del exterior”. Dieciséis años después de su creación, el balance de la circunscripción para los colombianos del exterior es desolador: “las dos únicas veces en que se han producido elecciones para un diputado por esta circunscripción han sido un fiasco.
La primera vez fue elegido un candidato que había obtenido la mayoría de sus votos en Colombia y la segunda vez la elección fue declarada nula por la Corte Constitucional”, detalla el documento. Pero los colombianos no votan: En 2002 hubo 26.000 votantes para un poco menos de 1,8 millones de electores potenciales. En 2006 votaron 37.000 personas para un estimado de 3,1 millones de electores potenciales en el exterior, añade el informe. (I)