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El Telégrafo
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Punto de vista

Calentando el ambiente para la Cumbre

Calentando el ambiente para la Cumbre
08 de abril de 2015 - 00:00

El paso dado por el presidente Barack Obama para iniciar diálogos directos con Cuba con miras a restablecer relaciones diplomáticas, fue un golpe de efecto en la Región, no inesperado pues ya tenían varios meses en negociaciones privadas, pero pretendía darle el efecto catalizador de sumar voluntades del hemisferio a las propuestas de gobernabilidad democrática como eje de su propuesta de discurso en la Cumbre de las Américas. Junto con el anuncio y llegó la presión a la delegación negociadora cubana para intercambiar embajadores antes de la Cumbre de Panamá; sin embargo, la negativa de aprender de la historia moderna latinoamericana y el desenfocado análisis prospectivo de las posibles concesiones que podían obtener con la presión directa a los cubanos, han hecho que EUA replantee su estrategia ante la Cumbre.

En efecto, la dignidad de Cuba nuevamente se puso a prueba, la desconfianza producto de más de 50 años de hostigamiento exige pruebas tangibles de la voluntad política del presidente Obama para restablecer relaciones en términos de igualdad y respeto; no habrá intercambio de embajadores si EUA no elimina a Cuba de la lista de países que apoyan el terrorismo, la excluye de las restricciones bancarias y descarta la prohibición de movilidad para varios funcionarios cubanos dentro de territorio norteamericano, esas son las líneas rojas; el tema del bloqueo es un proceso mas largo y que implica mover voluntades en todos los sectores políticos de Washington y los informes burocráticos del Congreso y Seguridad.

La iniciativa del acercamiento con Cuba cayó en el Distrito de Columbia como un terremoto, entre filas demócratas y republicanas sectores reducidos pasaron inmediatamente a la ofensiva política y los viejos cubanoamericanos proclamaron traición y venganza.  Para morigerar los ánimos preelectorales internos, y no crear problemas a la candidatura de Hilary Clinton, la Casa Blanca se abalanza sobre Venezuela con la más absurda y descabellada  acusación, a la par, el propio vicepresidente norteamericano se reúne con los países del Caribe para ofrecerles ayuda energética que sustituya la cooperación de PetroCaribe; la estrategia era tener esos anhelados 14 votos dentro de la OEA para que apoyen la iniciativa injerencista contra Venezuela y además para preparar la Cumbre de las Américas con un ambiente favorable al discurso del presidente Obama.

Los países caribeños no solo que no cedieron a las insinuaciones de convocar a un consejo extraordinario para analizar la situación interna de Venezuela, sino que emitieron un comunicado oficial de CARICOM rechazando la orden ejecutiva emitida por Obama contra la República Bolivariana.

Esa reacción fue seguida de declaraciones contundentes de 12 países de UNASUR, 12 del ALBA y 33 de la CELAC, el tenor de lo resuelto es el rechazo a las decisiones unilaterales del presidente Obama, revertir la orden ejecutiva, pedir respeto al Derecho Internacional; y, llamar al diálogo directo entre EUA y Venezuela sobre sus asuntos bilaterales, en términos de respeto, soberanía, igualdad, no injerencia y solución pacífica de las controversias.

Tomando la iniciativa, Venezuela pidió un Consejo Permanente Extraordinario de la OEA y se escuchó el informe presentado por la Canciller Bolivariana, el resultado para tranquilidad de las Américas es que se mantuvo la coherencia entre el discurso de los cancilleres en los organismos subregionales y las afirmaciones de sus representantes permanentes; la solidaridad con Venezuela se hizo presente por parte de 32 estados; es necesario aclarar que nunca se buscó una resolución a favor de la Venezuela en la OEA, porque ese país considera que la Organización no es el foro apropiado para discutir sus temas internos, pero si se propuso y se consiguió la solidaridad de los 32 países frente a la actitud de EUA.

Es necesario recordar que cuando Panamá planteó el tema de la Cumbre intentó eliminar la posibilidad de confrontación entre el norte y el sur, tomando en cuenta que esta ocasión la reunión de presidentes tendría trascendencia histórica por la presencia de Cuba país parte del sistema interamericano y que acude en igualdad de derechos y sin condición alguna; para liberar la presión de una negociación en que cada país quiera verse reflejado con nuevas declaraciones y mandatos, surge la idea desde el país anfitrión de una Cumbre sin declaración, sin documentos que firmar y sin compromisos que asumir, solo un foro de discusión política que sirva como catarsis de las y los mandatarios.

Esta idea no fue aceptada por los Estados miembros y se han realizado 4 reuniones de los delegados nacionales para negociar los documentos que deben firmar las y los Presidentes. Aquí surge otra gran preocupación para el Gobierno Norteamericano y para Canadá, pues consideran que muchas de sus posturas y propuestas históricas no se reflejan en el documento. Hay muchos temas de principios en los que esta gran mayoría de países no hemos cedido, como el derecho humano a la salud; a la educación; poner plazos para el cumplimiento de metas y compromisos; responsabilidad común pero diferenciada en cambio climático; respeto irrestricto al derecho a la privacidad en las TICs; acceso universal y seguro al agua potable, etc..

De igual manera se ha hecho patente el divorcio entre EUA y Canadá con los demás países en cuanto a las iniciativas de seguridad hemisférica o a la irreversible nueva visión de las regiones frente al problema mundial de las drogas.

Las nuevas condiciones aíslan la política multilateral de EUA en el Sistema Interamericana, y le obligan a aceptar votaciones, pies de página y supresiones de textos otra hora impensables.

Los 35 países que se darán cita en Panamá  el 10 y 11 de abril, habían alimentado la esperanza de mantener una reunión distinta con el Presidente Obama, con un discurso renovado hacía las Américas, estableciendo puentes estratégicos con una visión de futuro, priorizando más el desarrollo humano que su seguridad nacional; justamente el Presidente Varela adelantando ese anhelo de los pueblos americanos presentó un sugestivo tema para la Cubre “PROSPERIDAD CON EQUIDAD:  EL DESAFÍO DE LA COOPERACIÓN EN LAS AMÉRICAS, MANDATOS PARA LA ACCIÓN”.  Al parecer el tema de la Cumbre será poco menos que un eslogan para las reuniones colaterales de la Academia, Sociedad Civil y Empresarios.

Ante este complejo panorama la reacción de Washington es la de siempre, no aprendió ninguna de las lecciones que Latinoamérica les dio en el 2014, a pocos días de iniciar la Cumbre Estados Unidos de América amenaza a Venezuela;  junto con Canadá guardan un silencio cómplice ante la escalada armamentista del Reino Unido en territorio Americano, en su colonia ocupada de las Islas Malvinas y concomitantemente se produce un anuncio de la Casa Blanca solicitando recursos al Congreso para el presupuesto 2016, sin embargo, los objetivos para los recursos son exactamente los mismos que los de los años anteriores, no cambiaron nada, siguen con la política desembozada de intervención en asuntos internos y de imponer una agenda de prioridades ajena a las realidades regionales y nacionales.

Obama solicita $ 1.990 millones, lo que supone un incremento del 34,7 por ciento del aprobado en el año fiscal 2014, descompuesto en:

•    $ 1.000 millones de asistencia para Centroamérica para mantener y fortalecer el enfoque actual sobre la seguridad que incluye inversiones para la prosperidad y la gobernabilidad;

•    Para México, la solicitud incluye $ 119 millones para continuar el apoyo a la Iniciativa Mérida, para combatir el narcotráfico y el crimen organizado;

•    En el Caribe, la solicitud incluye $ 241,6 millones para Haití y $ 53,5 millones para la Iniciativa de Seguridad de la Cuenca del Caribe (CBSI).

•    Perú es el mayor productor mundial de cocaína, y por el ello el gobierno necesitará ayuda para cambiar esa trayectoria. Por ello solicitan para Perú $ 95.9 millones, lo que incluye el apoyo a las actividades antinarcóticos tradicionales

•    $ 288,700 millones para apoyar los esfuerzos de Colombia para asegurar el imperio de la ley y apoyar el desarrollo sostenible, que será crucial para una paz duradera y justa.

•    La solicitud también mantiene un apoyo importante para la injerencia directa en los asuntos internos de los estados y en reforzar la recomposición de las fuerzas de derecha regionales, por ellos se solicita recursos para la libertad de prensa, los derechos humanos y la democracia en el hemisferio, incluyendo recursos para Cuba, Venezuela, Ecuador y Nicaragua ($ 191.3 millones es el saldo para estos apoyos).

Así, a primera vista lo que parece una falta total de conocimiento de la nueva realidad latinoamericana y caribeña sumada a la soberbia de un imperio que se niega a ver y a cambiar; puede ser para nuestra sorpresa una muy hábil y bien planificada forma de posicionar el valor de la Cumbre, darle un respiro a la OEA y colocar al presidente Obama al centro de la reunión; con este complicado entramado todo está predispuesto para que los países sea por recursos, por reclamos, por aclaraciones o solamente por agradecimiento, dirijan sus discursos al Presidente Obama, entonces quedará patente que a diferencia de los organismos regionales, el único foro que permite encarar, enfrentar y dialogar con EUA es la Cumbre de las Américas a nivel de Jefes de Estado y la OEA a nivel de Cancilleres.

Sin embargo, para los 33 países restantes no es tan importante hablar sino ser escuchados y allí está el principal escollo, con o sin Cumbre, si EUA no entiende las relaciones en términos de igualdad, no importará el foro, seguiremos discutiendo sus posiciones y decisiones unilaterales en lugar de encontrar lugares comunes para desarrollar las sinergias necesarias que permitan hacer de este hemisferio un territorio de paz y buen vivir y mientras no se reviertan las fuerzas, nuestros votos seguirán siendo mayoría para ganar en las votaciones.

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