Por Gorka Castillo, corresponsal en Madrid

Cofundadora del emergente partido Podemos, junto a Pablo Iglesias y Juan Carlos Monedero, solo tiene palabras de agradecimiento para el compañero que acaba de presentar su dimisión. Prefiere no hablar de lo que no existe para no provocar equívocos en una oposición que les vigila para hincarles los dientes.

Como profesora de Ciencias Políticas y Sociología en la Universidad Complutense aplica un método infalible: el trabajo siempre debe ser exhaustivo.

Conoce muy bien Latinoamérica, especialmente Venezuela, donde ha realizado incontables análisis demoscópicos durante los procesos electorales convocados por Hugo Chávez. Recibe a EL TELÉGRAFO en una pequeña oficina junto a la Plaza de España y asegura que la Revolución Ciudadana siempre la deslumbró. “Me encanta el proceso de Ecuador”, manifiesta.

Usted forma parte del equipo de Podemos que ha mantenido reuniones privadas con un grupo de inversores extranjeros muy críticos con su programa económico, entre ellos el Bank of America, ¿cuál ha sido el resultado?

El objetivo era responder a su demanda de conocer en profundidad nuestro programa económico porque perciben que somos la opción más seria de gobierno en las elecciones generales de noviembre. La valoración de todos ellos ha sido muy positiva y perciben que nuestras propuestas reales están muy alejadas de las ideas predefinidas con las que llegaron a las reuniones.

Pero las diferencias entre ustedes serían notorias...

Siempre las hay pero dentro de las diferencias normales que esperábamos, las preocupaciones nuestras coinciden con las que han mostrado todos los economistas con los que hemos estado, tanto de uno como del otro lado del Atlántico. Es decir, cómo encarar el desempleo, la deuda privada y su financiación; o cuál debe ser el papel que debe desempeñar el Banco Europeo.

La sensación es que los grandes inversores internacionales no pueden tener muchos puntos en común con Podemos.

No son un grupo monolítico. Con algunos existe más afinidad y con otros menos pero, en general, insisto, el balance que hacemos de estas reuniones es positivo y debería tranquilizar a aquellos que predicen el apocalipsis si ganamos las elecciones. Han visto que somos una opción de gobierno, con gente detrás preparada para asumir la responsabilidad y con un análisis de la situación actual que es compartida por buena parte de ellos.

Sin embargo, no terminan de cerrar cuestiones clave de su programa político cuando las elecciones están tan cerca. ¿No ha sido demasiado vertiginoso su ascenso?

Sí, pero no solo para nosotros sino también para España. Todas las cosas que están pasando suceden de manera precipitada en este país. Observe al PSOE y al PP. Ellos también han empezado un profundo cambio. Es lo que los historiadores denominan “aceleración del tiempo externo”, es decir, que en poco tiempo pasan muchas cosas. En España comenzó en mayo de 2014 y en 12 meses se han producido más cambios que en los 10 años anteriores. Y eso es una característica de aquellos países, como Ecuador, que comienzan un proceso profundo de transformación.

Los medios de comunicación critican que han rebajado sus objetivos iniciales y que han matizado su radicalismo originario contra un sistema político que legitima la alternancia en el poder del PP y el PSOE. ¿Es esta la única forma de lograr el poder?

Diría que se han dedicado a dibujar una caricatura de Podemos, que poco a poco y con mucho esfuerzo, hemos tenido que desmentir en los propios medios. Paradójicamente, en este arduo proceso de poner las cosas en su sitio, los medios se han conformado con señalar que desconocían en profundidad nuestras propuestas.

Entonces, ¿los grandes medios de comunicación son peor rival que los políticos?

Yo no diría tanto. En mi opinión, son las fuerzas del régimen de 1978 –el conglomerado de poderes que emanaron al final de la dictadura franquista- las que se han movilizado de forma masiva para evitar el triunfo de una fuerza política emergente de cambio como es Podemos. Por supuesto que en ese conglomerado están también los grandes medios de comunicación.

¿A qué se refiere con fuerza política de cambio?

A que vamos a poner fin al aparato de privilegios y de corrupción institucional instaurada en España desde hace 35 años.

En Ecuador, la fuerza política que emergió de las cenizas del cataclismo económico expulsó a la vieja clase dirigente y colocó al ciudadano en el centro de sus decisiones. ¿Es uno de sus referentes internacionales?

Las comparaciones son difíciles. Desde el punto de vista geopolítico de ambos países son diferentes. Sin embargo, los procesos de cambio político en el mundo comparten espacios comunes. Por un lado está la rapidez de la transformación y por otro, está el nacimiento de fuerzas reaccionarias, reactivas ante el cambio y defensoras del “status quo” previo. En Ecuador sucedió y en España está pasando.

¿Quiénes son estas fuerzas reaccionarias?

Son todos esos grupos que en el viejo régimen se identificaban como antagónicos pero que ante el riesgo de un cambio profundo crean una gran alianza para defenderse y bloquear cualquier proceso de transformación político.  

Las mismas fuerzas que censuran su relación con Venezuela consideran un acierto que España refuerce alianzas estratégicas con Arabia Saudita y Guinea Ecuatorial, ¿Cómo se puede entender esto?

Demuestra la doble moral en la que se mueven las fuerzas reaccionarias españolas. Más allá de esta obviedad solo se me ocurre destacar el gran déficit sobre América Latina que padece la clase dirigente de este país. Y eso produce tristeza porque es evidente que solo a través de un conocimiento profundo de Latinoamérica podríamos entender mejor lo que hoy es la historia de España.

Miles de españoles tuvieron que irse del país en busca de trabajo. Ecuador ha sido uno de los países que más y mejores opciones les ha ofrecido. ¿Se puede hablar de una generación perdida para España?

No. Es una generación que se puede recuperar pese a que la casta que se mantiene en el poder nos hizo creer que no había nada que hacer con ellos, pese a ser gente muy preparada. Hace falta saber cuánto tiempo nos hace falta para revertir esa situación. (I)

Datos

Esta semana, el partido Podemos presentó un plan dirigido a las víctimas de la crisis económica española. Entre las medidas están el cese de los desahucios, supresión de la deuda de particulares, sanidad universal, inversiones en educación.

Propone también un “nuevo modelo de producción”, basado en una economía sostenible y solidaria, reindustrialización, investigación y desarrollo y medidas en materia de transparencia y lucha contra la corrupción.

En materia fiscal prevé un aumento de impuestos a los ingresos superiores a $ 56.000 dólares, un impuesto de patrimonio cuando este supere los 400.000 euros y una armonización fiscal entre las 17 regiones de España.

Además, algunos servicios externalizados, como la lavandería de los hospitales, serán recuperados por la gestión pública.

El próximo 24 de mayo habrá elecciones regionales en España. (I)