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Desde hace 15 años una población indígena de la amazonía apaga las luces y se reúne en un hogar determinado para compartir alimentos y oraciones

San Antonio reza con la luz de un solo árbol (Galería)

Los habitantes de la comunidad de San Antonio (provincia de Sucumbíos) arreglan el nacimiento en el único árbol navideño del lugar, antes de iniciar el rezo de la novena, a propósito de la época de adviento. Foto: Santiago Aguirre / El Telégrafo
Los habitantes de la comunidad de San Antonio (provincia de Sucumbíos) arreglan el nacimiento en el único árbol navideño del lugar, antes de iniciar el rezo de la novena, a propósito de la época de adviento. Foto: Santiago Aguirre / El Telégrafo
25 de diciembre de 2014 - 00:00 - Redacción Quito

Unos destellos morados no pasan desapercibidos para aquellos viajeros nocturnos que van por la vía a Dureno, a pocos kilómetros del cantón Lago Agrio, en la provincia de Sucumbíos.  

Su brillo atraviesa las matas de hierbabuena, manzanilla y chilca, que aromatizan la escena. El resplandor se detiene en la casa comunal de la parroquia San Antonio.

Es martes 16 y cerca de las 21:00, Belisario Guaicha, dirigente de la comunidad en donde habitan 20 familias, esperó a los vecinos -parado en un portal de madera- para rezar el primer día de la novena.

De a poco los vecinos fueron llegando y Guaicha, de 60 años, abrió de par en par el portón corroído por el lodo. Don Belisario los esperó pacientemente porque algunos tuvieron que andar hasta 2 kilómetros para llegar al lugar, que está escondido en plena selva, pero que los habitantes de la zona conocen bien.

La localidad tiene fluido eléctrico, pero sus habitantes prefieren apagar las luces y orar, iluminados con los destellos del único árbol navideño de la comunidad. Su tronco no mide más de 2 metros, pero los adornos en sus ramas se surtieron de bombillos de plástico y de ángeles, que compraron en Lago Agrio, que está a 6 km.

En el Centro Histórico de Quito se realizaron varias comparsas y pases del Niño, en donde compañeros de trabajo realizaron un homenaje a Jesús. Foto: Álvaro Pérez / El Telégrafo

“El rezo lo hacemos hace unos 15 años. Cada uno aprovecha y pide un favor al Niño”, contó Belisario, quien llegó con su hijo Juan, de 30 años. Su deseo fue salud para el 2015, pues constantemente tiene problemas en su espalda.

Ambos son agricultores, la principal actividad económica de la zona. Otros, en cambio, distribuyen frutas en el mercado de Lago Agrio.

Las paredes de la comuna también se adornaron para el adviento. Nada mejor que unas telas celestes y blancas surtidas en cada esquina alrededor de la imagen de San Antonio y de la Virgen del Cisne.

Sus habitantes saben que la Virgen del Cisne  no  es su ‘patrona’, pero no les importa. Le oran con mucha fe a la imagen que fue donada por voluntarios del Vicario de San Antonio, que cada año, en la noche del 24 de diciembre, ofrecen una eucaristía en el lugar.

Miguel Sánchez, de 63 años, vive en la zona desde hace 28 años. También es agricultor. Trabaja en su finca de 3 hectáreas donde cosecha verduras. Pidió a la imagen de la Virgen que “la tierra no se canse y siga fértil”. Su esposa Esperanza Tituana (50 años) le ayuda en las tareas de siembra. La pareja tiene mucho que agradecer. Criaron a sus 4 hijos; 3 viven con ellos; el último se fue a Francia para trabajar. De eso han pasado 10 años, en los que buena parte de las remesas “cayó como una bendición”, comentaron.

Cerca de las 22:00, el silencio se rompió con la llegada de los devotos, que se ubicaron alrededor de una vela para la oración inicial.  

En la comunidad, los festejos no se quedaron en plegarias. Se reunieron para la ‘comida de Nochebuena’. No hicieron una lujosa cena, pero compartieron en familia. Hubo arroz, verde frito, caldo de gallina runa y seco de carne con jugo.

En Esmeraldas, en las principales calles de la ciudad se colocaron lugares de venta de artículos navideños. Las imágenes religiosas fueron las más vendidas. Foto: Carina Acosta/ El Telégrafo

Los matrimonios Chachi

En el corazón de Esmeraldas, en la costa norte de Ecuador, se encuentra la comunidad llamada Punta Venado, en donde se celebra una de las tradiciones más afianzadas -y menos conocidas- dentro de las etnias Cayapas: el matrimonio Chachi, que ocurre una sola vez al año, justo el día de Navidad.

La comunidad cuenta con orgullo que Punta Venado encierra el más importante de los 3 centros ceremoniales de la cultura Cayapa (los otros son San Miguel y Zapallo Grande).

Se trata de un gran cementerio en cuya superficie se han construido una iglesia rústica y algunas casas de madera, para que sus habitantes se instalen durante los días de celebración.

Los invitados llevan, entre otras cosas, alimentos; pero sobre todo aguardiente y jabas de cerveza, que comparten con los nuevos casados. La música también se escucha en el ambiente, a través de instrumentos como la marimba.

Simultáneamente, los niños danzan con su traje tradicional (las niñas llevan un velo sobre sus rostros). En cambio, los padrinos desenrollan una enorme tela blanca y algunos se prestan a ayudar a trasladar al Niño Dios desde la iglesia hasta el salón central.

Mientras tanto, en los cuartos posteriores, las mujeres preparan el tradicional champú, una bebida típica elaborada a base de maíz (parecida a la chicha), que comparten con los invitados.

El comercio en la ‘provincia verde’

El ambiente navideño en la provincia de Esmeraldas se activó a mediados de diciembre en algunos locales comerciales de esta ciudad que ofrecen adornos, árboles y pesebres.

Uno de los locales más concurridos fue el de Olga Chimbo, una ambateña de 56 años que con su esposo Luis León abrieron hace 22 años en La Propicia, en pleno centro de Esmeraldas.

Luces, guirnaldas, pesebres de todos los tamaños adornaron el local. Cecibel Castillo, de 50 años, llegó al local para conseguir varios adornos para el pesebre navideño. Con ilusión cuenta que todos los años junto a su familia celebran la novena con cerca de 50 niños del catecismo de la iglesia San Martín de Porres de su barrio 6 de Noviembre. El día de Navidad preparan varios alimentos como sánduches y dulces para agasajar a los menores, quienes preparan cánticos y villancicos. Para la mujer, la solidaridad es parte de la Navidad.

Víctor Orellana, presidente de la Cámara de Comercio de Esmeraldas, contó que en esta época se activa un 60% más el comercio en la provincia. Por ello, esta entidad dio apertura a la Expo Navidad denominada ‘Feria del Juguete’ desde el pasado 20 de diciembre hasta el 2 de enero, en donde los esmeraldeños encontrarán diversos productos de diferentes partes del país como Guayaquil, Ambato, Riobamba, Quito e Ibarra. Se calcula que la provincia abarca, en total, unos 800 comerciantes.

Las festividades navideñas también se activaron en la zona por la remodelación del Recinto Ferial, que fue calificado como algo ‘histórico’. Ese punto de la ciudad estuvo a punto de colapsar, según las autoridades locales. En el centro de Esmeraldas, la celebración del 25 de diciembre sigue las directrices de Quito y Guayaquil, en la que se acostumbra a dar regalos.

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