Si bien la consulta popular celebrada en Ecuador abarcó temas internos que no acapararon la atención internacional, analistas estiman que se observó como una lucha de poderes entre el presidente Lenín Moreno y su antecesor Rafael Correa.  

La campaña transcurrió de forma tranquila porque son  asuntos que no llaman la atención a nivel internacional, como hubiera sido una campaña presidencial. Sin embargo, se tiene una percepción generalizada de que una victoria del Sí en la consulta le permitirá al presidente Lenín Moreno contar con el apoyo popular para reafirmarse en el poder y avanzar con sus programas de gobierno, considera Elías Levy, director de la agencia de noticias EFE.

Levy califica como “elogiable” esta iniciativa del Gobierno ecuatoriano, propia de una “democracia de participación”, que, además, no es una práctica común en muchos  países.   

Desde Chile, el plebiscito en Ecuador, que buscaba entre otros aspectos eliminar la reelección indefinida, se apreciaba como una consulta popular para que el pueblo ecuatoriano decidiera el tipo de democracia que desea vivir, comenta el analista Gilberto Aranda.

Por lo tanto, añade, aparece la posibilidad de una aproximación al modelo de democracia liberal que otros estados de la Alianza del Pacífico ya experimentan.  

En este sentido, la consulta “puede ser un camino de progresiva convergencia a este bloque de países, con lo cual Ecuador puede situarse en cierta equidistancia de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) y Alianza del Pacífico dependiendo del resultado”, menciona el académico del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile. En este país 3.361 ecuatorianos estaban habilitados para sufragar.

En Brasil, donde 732 ecuatorianos  fueron convocados a votar en los consulados de Sao Paulo, Río de Janeiro y en la embajada en Brasilia, se registró poca difusión de la consulta.

No obstante, la prensa brasileña, como el diario Valor Económico, destaca que se espera una definición sobre el futuro del país.
Brasil mira el escenario regional con atención porque este año celebrará elecciones presidenciales.     

En Colombia “no hubo  gran interés en la consulta, no se llegó a entender bien el proceso y sus implicaciones”, comenta el periodista e investigador Rafael Croda.

La cobertura de los medios  fue equilibrada y destacaron las encuestas que daban el triunfo del Sí en todas las preguntas. Además, la consulta se asumió como una “batalla” entre  Moreno y Correa, añade el articulista de la revista Proceso.  

Franklin Ramírez, sociólogo de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), estima que ante la ausencia de un verdadero debate en los medios de comunicación, como ocurrió en esta ocasión, la consulta es un reflejo de la “polaridad” de la sociedad ecuatoriana desde hace años.

“La ciudadanía no logró familiarizarse con ciertas ideas clave de lo que está en juego, por lo que no puede interpretarla fuera de la disputa personal Correa-Moreno”, explica el analista a EFE.

Mientras que los expresidentes integrados en la Iniciativa Democrática de España y las Américas (IDEA) emitieron una declaración acerca de la importancia de la consulta popular en Ecuador. Subrayan que “seguían con especial interés y atención, por su significación constitucional, la consulta popular”, convocada por el presidente Moreno, “con el propósito de restablecer y fortalecer las instituciones democráticas”.  

El director del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (Celag), Alfredo Serrano Mancilla, sostiene -en un análisis para Rebelión- que con esta consulta “en Ecuador se produce un reordenamiento del campo de lo político en el que existen dos grandes bloques: por un lado la Revolución Ciudadana, de la mano de Correa, y por el otro, el resto de la vieja política unida en torno a la figura de Lenín Moreno”. (I)