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Las múltiples enfermedades que se presentan con el paso de los años determinan el consumo de varios insumos

Polifarmacia: cuando los medicamentos son un peligro para los adultos mayores

El envejecimiento acelerado de la población determina que cada vez requiera de más servicios de salud especializados y de más consumo de medicinas. Foto: Patricio Carrera / El Telégrafo
El envejecimiento acelerado de la población determina que cada vez requiera de más servicios de salud especializados y de más consumo de medicinas. Foto: Patricio Carrera / El Telégrafo
15 de agosto de 2015 - 00:00 - Palabra Mayor

El uso de múltiples preparados farmacológicos prescritos o no es la definición de polifarmacia. Junto con el delirio, las demencias, las caídas, la inmovilidad y la incontinencia son los grandes retos que enfrentan las personas adultas mayores.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que los adultos mayores toman tres veces más medicamentos en relación a los jóvenes. Varios estudios han comprobado que pacientes mayores de 65 años usan de 2 a 6 fármacos prescritos y de 1 a 3 de venta libre o de uso herbolario (plantas con propiedades medicinales).

El envejecimiento acelerado de la población ha determinado que los adultos mayores constituyen un grupo poblacional que cada día aumenta y paralelamente requieran de más medicación y atención médica especializada. Aquí se hace presente la polifarmacia, que puede incrementar las posibilidades de reacciones adversas y trastornos por dosis muy elevadas o errores de los pacientes al tomar los productos.

Es común que en algunos adultos mayores se presenten trastornos de la memoria, la visión, la disminución de la destreza manual que influyen al momento de cumplir con las instrucciones de la medicación recetada. También hay casos de una presentación incorrecta de los preparados o el mal hábito de automedicarse, que es otro aspecto que aumenta la aparición de polifarmacia.

Según la Organización Mundial de la Salud, alrededor del 50% de los medicamentos se prescriben, administran o venden inapropiadamente. El 50% de los pacientes no toma de manera adecuada sus medicamentos. Un similar porcentaje de los medicamentos se prescriben, dispensan o venden de forma inapropiada, y la mitad de los pacientes no los toman correctamente. El uso excesivo, insuficiente o indebido de los medicamentos tiene efectos nocivos para el paciente y constituye un desperdicio de recursos.

La OMS advierte que más del 50% de los países no aplican políticas básicas para fomentar el uso racional de los medicamentos. En aquellos en desarrollo, la proporción de pacientes tratados de conformidad con directrices clínicas es inferior al 40% en el sector público y del 30% en el sector privado.

La habitual ingesta de muchos medicamentos en las personas mayores debe ser controlada por un profesional para lograr una mirada integradora y evitar que cada especialista prescriba un remedio que puede tener contraindicaciones o generar efectos adversos en el paciente, aseguran médicos geriatras.

Una reciente publicación de la agencia Telam de Argentina reunió a varios especialistas para tratar la polifarmacia. Moisés Schapira, médico geriatra, menciona que las múltiples enfermedades y comorbilidades que se presentan con el paso de los años llevan a la utilización de varios medicamentos.

Es común que cada una de estas afecciones se trate por separado, y los especialistas suelen perder de vista al paciente en forma integral. “Así, el cardiólogo se ocupa del tratamiento de los problemas del corazón, pero no de las interacciones de los medicamentos que prescribe con los que recetó el neurólogo o el endocrinólogo, por ejemplo”.

Es común que cada una de las enfermedades presentes en los adultos mayores sea tratada de manera independiente y no de forma integral. Foto: Pilar Vera / El Telégrafo

Para la geriatra Cynthia Mariñansky, la polifarmacia entendida como el consumo excesivo y sin control de medicamentos es un problema habitual en las personas mayores. “El origen de este problema se vincula con la fragmentación terapéutica, el paciente consulta muchas veces con especialistas sin la coordinación de un médico clínico de cabecera, familiar o geriatra, o como quiera llamarse. Es decir: sin la supervisión de ese médico que pueda tener una mirada integradora”, sostuvo.

Schapira, docente de la Universidad de Buenos Aires y de la Maimónides y director médico de Hirsch, manifestó que un estudio realizado con más de 1.000 pacientes en el Instituto de Protección Social, arrojó que cada uno recibía un promedio de 9,6 medicamentos a la vez. “Lo grave es que muchos de esos medicamentos tienen efectos contrapuestos o duplicativos y esto puede generar un efecto cascada en la prescripción”, describió.

A modo de ejemplo de esta problemática, el especialista imaginó un caso: “A un paciente con trastornos de conducta se le da un psicofármaco que produce temblores similares a los de la enfermedad de Parkinson como efecto adverso; y en vez de discontinuar el primer medicamento, se le receta una segunda droga contra el Parkinson”.

Este segundo remedio -continuó Moisés Schapira- a la vez lo constipa, lo que se resuelve mediante un laxante: el laxante puede generar un desequilibrio hidroelectrolítico pudiendo generar hipertensión arterial y potencialmente asociarse a una caída, y así sucesivamente.

Cynthia Mariñansky, por su parte, indicó, además, que “lo que en un adulto joven puede ser un efecto adverso, en una persona mayor puede ser tóxico; otro tema importante es que las personas mayores aumentan la absorción en grasas y disminuyen la absorción en líquidos, entonces si das un medicamento soluble en lípidos puede ocasionar toxicidad y si das uno que se disuelve en agua puede que no llegue con la dosis”.

La especialista, directora de la Escuela de Ciencias del Envejecimiento de la Maimónides, aseguró que el objetivo siempre es lograr el mejor esquema posible, con las menores dosis y la menor cantidad de medicación.

“Cada vez que cualquier médico receta, debería saber qué es lo que toma el paciente, corroborar que no esté tomando una droga para los mismos objetivos, ajustar dosis y estar atento a interacciones con otras”, añadió. (I)

Guía de consejos

La importancia de cumplir con las recetas

Los especialistas consultados por la agencia Telam aconsejan centralizar la información, esto implica que cada vez que el especialista recomienda una medicina es importante consultar con el médico de cabecera porque toda persona que toma varios medicamentos puede estar expuesta a la polifarmacia.

También se recomienda hacer un listado bien claro de los medicamentos, los días y las horas en que deben tomarlos, hacer fotocopias de la lista y pegarlas en los ambientes de la casa y en lugares de visita frecuente (la heladera, la mesa de luz, el mueble del televisor, entre otros), sugirió Moisés Schapira.

Considera que se puede utilizar dispensadores de remedios diarios o semanales con espacios diferentes para cada día (desayuno, comida y cena); también es importante si el médico decide discontinuar el uso de alguno de los fármacos del tratamiento, deshacerse de ellos para evitar confusiones”.

Schapira recuerda que “ante cualquier problema de salud (catarros, estreñimiento, dolores) debe consultarse con el médico y no optar por la automedicación, ya que éste deberá prescribir el remedio teniendo en cuenta las posibles interacciones con los que ya se toman y los posibles efectos adversos”.

Otro aspecto muy importante es el acompañamiento que deben tener los adultos mayores por parte de un familiar, quien apoyará a que las medicinas sean tomadas de acuerdo a las indicaciones.

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