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Más demandas
Los hombres mayores quieren seguir vigorosos
Lo novedoso de tomar por objeto la masculinidad es que, como la adultez, era menos estudiada, ya que funcionaba como referente general a partir de lo cual se diferencian y constituyen los otros grupos. Este nivel de hegemonía y supuesto poder llevó a que se ignore la experiencia de los varones viejos, ocultando el análisis de lo masculino en la vejez y de la vejez en lo masculino.
La masculinidad es una construcción social sobre lo que significa ser varón en determinado tiempo y lugar, esto implica que sus características son fluidas y sensibles a cambios históricos y culturales.
Connell propone que la masculinidad no sea definida como un objeto, lo que implicaría sortear definiciones de tipo esencialistas, que lo supongan un rasgo natural; ni como un tipo de personalidad con conductas esperables; ni siquiera como una norma, ya que supone una referencia poco explicativa de las diversas maneras de encarar la masculinidad. Por lo contrario, propone el análisis de los factores y tipos de relaciones por medio de los cuales las personas dotan a sus vidas de representaciones de género.
La masculinidad resulta de las posiciones que se adopten en las relaciones de género, de las prácticas que comprometen con esa posición de género, y de los efectos de éstas en la experiencia corporal, en la personalidad y la cultura. Badinter decía que “ser varón cuesta caro”, poniendo en evidencia los esfuerzos y demandas que implica la posición masculina.
En su revisión antropológica describe los ritos de iniciación dando cuenta del nivel de violencia que acarrea salir del lugar de protección materna para pasar a ser un varón. Connell señala que pocos pueden estar a la altura de la versión hegemónica de la masculinidad, lo que lleva a que se convierta en una demanda que acarrea un alto costo subjetivo y limita seriamente a un sujeto, aún cuando también le brinde prestigio.
Spector-Mersel sostiene que en la actualidad el ideal occidental de la masculinidad parece terminar con la mediana edad, ya que en la vejez dichas expectativas resultan menos alcanzables.
Los hombres mayores quieren ser vigorosos a pesar del declive físico, buscan suprimir emociones incluso luego de perdidas, y mantener el control y la autoridad a pesar de las menores responsabilidades de liderazgo.