El envejecimiento global de la población se presenta como una “oleada” demográfica en América Latina y el Caribe. En 2000, una de cada 12 personas en la región tenía más de 60 años. Para 2025 se estima que la proporción cambiará a una de cada 7, lo que significa que la población de adultos mayores crecerá un 138%, de 42 millones a 100 millones.

En 20 años, en cada país al menos el 10% de los mayores de 60 estará incluido en el grupo que superó los 80 años; y en 2050, en 5 países esa franja representará el 8% de la población. Los centenarios se transformarán en un sector marginal, pero representativo en la pirámide poblacional. La expectativa de vida a comienzos del siglo pasado rondaba los 30 o 40 años en los países de la región, y ahora con los adelantos científicos se extenderán a los límites de la vida humana a 100 o 120 años, según la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Contrariamente a esta realidad, el contexto social no parece avanzar al mismo ritmo. “Lo malo no es que la población envejezca, sino que las sociedades no tomen conciencia del fenómeno”, sostiene Martha Peláez, asesora de la OPS.

Cinco países de América Latina tienen más viejos

En la región andina, el índice de envejecimiento, la cantidad de personas de 60 años y más por cada 100 niños menores de 15 años, se duplicará en 2 décadas, según la OPS.

En Cuba y Puerto Rico habrá entonces más personas mayores de 60 que menores de 15 años. En República Dominicana, Costa Rica y Panamá habrá por lo menos un adulto mayor por cada 2 niños. Los expertos sospechan que las enfermedades nutricionales y metabólicas de los ancianos, muchos viviendo en condiciones de pobreza, representan una de las principales amenazas sanitarias de la región.

En América Latina, Argentina, Brasil, Chile, Paraguay, Uruguay y México en el norte concentran 2 tercios de la población adulta mayor de la región. En Uruguay, el país más envejecido del hemisferio sur (más del 17% de la población supera los 60 años), la cantidad de adultos mayores igualará a la de niños en 2 décadas.

El índice de envejecimiento de México de 20,5 en el año 2000 será de 153,5 en 2050. De ahí que la OPS advierte la creación urgente de políticas públicas.