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El ministerio de inclusión económica y social apoya económicamente la ejecución de este proyecto

La alegría por la vida renació para 575 adultos mayores del cantón Pedro Moncayo

Las mujeres son las que más asisten a los Cecuidam representan -en total- 308 del grupo de beneficiarios del programa. Las manualidades, la pintura y bailoterapia son las actividades que más les agradan. Foto: Cortesía.
Las mujeres son las que más asisten a los Cecuidam representan -en total- 308 del grupo de beneficiarios del programa. Las manualidades, la pintura y bailoterapia son las actividades que más les agradan. Foto: Cortesía.
12 de julio de 2014 - 00:00 - Kléver Paredes B.

José María Lema se apresura en llegar a la casa parroquial, ubicada junto a la iglesia de 2 torres frente al único parque de la parroquia Malchinguí. Van a ser las 11 de la mañana y el viento de verano sopla con fuerza. Él sabe que va tarde y no le gusta la impuntualidad.

José María vive solo desde que falleció su mujer. Su rutina es levantarse temprano para ganarle al día. Con más de 70 años, todavía tiene su azadón y se dedica a cuidar su terreno en el cual sembró maíz, ahora listo para la cosecha. Como él, son pocos los que todavía se dedican a la agricultura en este pueblo. Esta actividad quedó en “manos de los viejos”. Para ellos, una buena o mala cosecha y, lo principal, su sustento, dependen de la bondad del clima.

Malchinguí es parte del cantón Pedro Moncayo, perteneciente a Pichincha. Desde que llegaron las plantaciones de flores se estima que más de 53% de la población trabaja en forma directa o indirecta en esta actividad. Por eso, la agricultura quedó casi abandonada con grandes terrenos convertidos en potreros y ahora en la mira de urbanizadores, a pesar de ser una zona agrícola y que pronto se beneficiará del canal de riego Cayambe-Pedro Moncayo.

Tanto apuro de José María Lema de llegar a la casa parroquial tiene su razón. Desde 2000, a este lugar llegan más de 25 adultos mayores, hombres y mujeres, en condiciones de vulnerabilidad para recibir una comida gratuita al día.

Esta iniciativa contaba con fondos de la Junta Parroquial de Malchinguí y la Municipalidad de Pedro Moncayo.

En 2002, en la parroquia vecina de Tocachí, del mismo cantón, se creó el primer Centro de Cuidado Diario del Adulto Mayor (Cecuidam), con el apoyo de la Junta Parroquial de esa localidad y la fundación Cimas. En 2010 el Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES) financió este proyecto y permite que este nuevo modelo de atención -que incluye terapias ocupacionales, fisioterapias y trabajo con la familia- se extienda a todas las parroquias rurales de Pedro Moncayo: Malchinguí, La Esperanza y Tupigachi.

El Gobierno Parroquial de Tocachi pasa a ser la entidad ejecutora del proyecto. En la actualidad beneficia a 575 adultos mayores que acuden a 7 puntos de encuentro. En porcentajes esto equivale: Malchinguí, 48%; Tocachi, 28%; La Esperanza, 11%; y Tupigachi, 11%.

El objetivo del proyecto, que cuenta también con el impulso de la Mancomunidad de Gobiernos Autónomos Descentralizados Parroquiales Rurales del Norte, es dar una respuesta a las demandas y necesidades detectadas por la propia comunidad, además de evitar la institucionalización del adulto mayor, según Andrés Jaramillo, coordinador general de los centros de cuidado diario del adulto mayor (Cecuidam).

En Pedro Moncayo, según los datos del Censo de Población y Vivienda de 2010, existen 2.061 personas adultas mayores, de las cuales 1.306 están en el área rural y 755 en la urbana, Tabacundo.

Los Cecuidam apuntan a ofrecer más servicios en los 7 centros de cuidado, con atención médica, infraestructura adecuada y con la familia como eje principal de participación y corresponsabilidad.

José María Lema regresa a su casa a las 14:00. En cuatro horas su soledad quedó a un lado. Ese día pintó, armó rompecabezas y conversó con otros adultos mayores. Mañana, volverá puntualmente.

 

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