Hay muchos sacerdotes que han trabajado silenciosamente por el adelanto de los pueblos, por cambiar las vidas de las personas, de los más necesitados. Monseñor Isaías Barriga, por ejemplo, es un cura que llegó a Tabacundo, cantón Pedro Moncayo, provincia de Pichincha, hace más de 55 años y se constituyó en un impulsor permanente del cambio.

Sobre su aporte se podría escribir mucho, pero si quisiéramos condensar en algunas líneas:

1) Educación para la gente de campo, a través de las radioescuelas de Pichincha (por la añorada Radio Mensaje) que creó. La educación devolvió la dignidad a los campesinos, que hasta entonces eran sujetos de explotación y exclusión.

2) Fue el impulsor para la construcción de la carretera panamericana por Tabacundo.

3) Es fundador de la cooperativa de ahorro y crédito Pedro Moncayo.

4) Impulsor de la feria dominical, hoy mercado.

5) Hace unos 25 años, más o menos, fundó algunas tiendas comunitarias, en varias zonas de Tabacundo, Tupigachi, la Esperanza.

6) Cuando fue director de la Pastoral Social de la Arquidiócesis de Quito, construyó planes de vivienda populares en Tabacundo y Malchinguí (alrededor de 100 soluciones habitacionales).

Luego, en aspectos que también han influido en el desarrollo humano y material se puede destacar la fundación de la fiesta de la cosecha; el impulso a la fiesta de Mama Nati y los guioneros de Pascua.

Vale la pena valorar todo ese trabajo social y material de los sacerdotes que a pesar de los años de vida orientan su labor a mejorar las condiciones de vida de nuestra gente, que es -por otro lado- la concreción de una evangelización que no solo se limitó a la doctrina o la ritualidad, sino que trabaja para que nuestra gente más necesitada viva con dignidad.

En el país hay varios ejemplos de curas que hasta el último día de sus vidas han trabajado por construir el Reino de Dios en la tierra. Monseñor Leonidas Proaño, indudablemente es un referente obligado, por lo que hizo a favor de los indígenas de Chimborazo; en Guayaquil vale recordar al padre José Gómez Izquierdo; ahora mismo, en Guamote, el padre Julio Gortaire; monseñor Gonzalo López, monseñor Luis Alberto Luna, por citar algunos nombres de sacerdotes viejos y fieles a su opción por los pobres. (O)