Ecuador, 24 de Abril de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo
Comparte

En 2014, 188 personas recibieron ayuda. No se cuenta con datos estadísticos a nivel del país de la necesidad de esta asistencia

¿Cómo acompañar el buen morir del adulto mayor con una enfermedad crónica?

La participación de la familia en el tratamiento del enfermo es fundamental, por ello se capacita a quienes se encargan del cuidado de los pacientes terminales. Foto: Marco Salgado / El Telégrafo
La participación de la familia en el tratamiento del enfermo es fundamental, por ello se capacita a quienes se encargan del cuidado de los pacientes terminales. Foto: Marco Salgado / El Telégrafo
14 de noviembre de 2015 - 00:00 - Kléver Paredes B.

¿Estamos preparados para enfrentar una enfermedad crónica, progresiva, avanzada o incurable? Sin duda, la respuesta es no. Cuando la proximidad de la muerte llega a nuestra vida, de un familiar o amigo, no sabemos qué hacer o en qué apoyarnos para que el resto de la existencia sea llevadera.

Ante estas situaciones los cuidados paliativos, con profesionales especialistas, constituyen una ayuda para las personas con enfermedades crónicas y avanzadas.

El Hospital de Atención Integral del Adulto Mayor de Quito es el único en el país y cuenta con una Unidad de Cuidados Paliativos por iniciativa y apoyo del Ministerio de Salud Pública. En este lugar se brinda tratamiento y cuidado a los adultos mayores con una enfermedad avanzada y terminal. El fin es dar una mejor condición de vida, aliviando necesidades físicas, psicológicas, sociales y espirituales; cuidar la dignidad del paciente y la familia, a la par de hacer respetar la voluntad y derechos del paciente.

Uno de los principales enfoques dentro de los cuidados paliativos es el tratamiento de varios síntomas. Por ejemplo, el dolor que suele ser frecuente durante esta etapa, así como la administración de medicinas que los alivien y evitar que la enfermedad sea un tormento.

Para sobrellevar el dolor es necesaria la administración de medicamentos, como morfina, además, evitar causas que aumenten el malestar por razones de mala posición, noticias negativas, falta de sueño, soledad, ausencia de familia, frío, entre otros aspectos.

La Organización Mundial de la Salud define a los cuidados paliativos como: “La asistencia integral, individual y continuada de la persona enferma en situación avanzada y terminal, teniendo en el enfermo y la familia la unidad a tratar desde un punto de vista activo, vivo y rehabilitador para brindar el mejor confort posible”.

El Hospital de Atención Integral del Adulto Mayor ha atendido en la Unidad de Cuidados Paliativos a 146 personas hasta septiembre de 2015. Esa cifra no solo refleja el número de pacientes, sino la necesidad de contar con este servicio en cada una de las unidades de salud del país. Cubrir esta demanda creciente a nivel país, no solo en el paciente adulto mayor, sino también en todos los ciudadanos es una prioridad urgente.

Los cuidados paliativos proveen calidad de vida hasta la muerte, es decir, buscan no alargar la vida a toda costa ni tampoco acortarla. Ximena Pozo, especialista en geriatría y cuidados paliativos del Hospital del Adulto Mayor, explica cómo se realiza ese trabajo y los resultados que presentan los pacientes y su entorno familiar.

Durante toda la vida, el ser humano requiere del cuidado y a la vez es cuidador. Con los adultos mayores con enfermedades crónicas, ¿qué aspectos se deben tomar en cuenta para aliviar ese momento traumático no solo para el paciente sino también para la familia?

Las personas con enfermedades crónicas, avanzadas, que no responden a tratamientos con fin curativo, necesitan recibir cuidados paliativos, los cuales incluyen los aspectos físicos, sociales, emocionales y espirituales, tanto del paciente como de su familia. Desde la primera atención trabajamos en cada uno de estos aspectos, generalmente iniciamos aliviando las molestias físicas, como por ejemplo el dolor que es el síntoma más frecuente; una vez controlados los síntomas, las personas manifiestan otras necesidades, las mismas que se van solventando en equipo; es necesario contar con profesionales de diferentes disciplinas, como medicina, enfermería, psicología, trabajo social, acompañantes espirituales, entre otros.

Si bien el final de la vida es un momento doloroso en muchos aspectos, los pacientes y familiares valoran mucho la atención paliativa efectuada.

¿Cómo se vincula a la familia en el tratamiento integral de los adultos con enfermedades crónicas?

La participación de la familia es fundamental. Debemos tener en cuenta que la familia es al mismo tiempo paciente, ya que está viviendo el dolor de la proximidad del fallecimiento de su ser querido y por lo tanto necesita atención, solventar sus dudas, apoyo y, a la vez, la familia es quien cuida al paciente, por lo que necesita aprender cómo darle los medicamentos, atenderle en la cama, asearle, entre otras actividades. Todo esto se le enseña, por parte de los profesionales que atienden al paciente, a la familia, a las personas que están más tiempo con el enfermo para que puedan hacerlo de la mejor manera. La gran ventaja es que las familias que se organizan para atender a su ser querido tienen mucho deseo de aprender y darle los mejores cuidados.

¿Cuántas personas adultas mayores son atendidas en la Unidad de Cuidados Paliativos del Hospital del Adulto Mayor y cuántas se estima que no reciben este servicio especializado en el país?

En 2014, la unidad atendió a 188 pacientes. No se cuenta con datos estadísticos a nivel país de la necesidad de cuidados paliativos. Se ha trabajado con proyecciones con base en la mortalidad. Uno de los retos para este y el próximo año es determinar la necesidad real.

Si el tratamiento de varios síntomas comprende la medicación para el alivio del dolor, ¿cómo se aborda la religiosidad y espiritualidad del paciente como una terapia que le ayude a afrontar el ocaso de la vida?

La espiritualidad se trabaja sobre la base de la necesidad de cada persona, preguntamos al paciente acerca de su espiritualidad, qué necesidad tiene. Muchos ya la han solventado, pero si tienen alguna pendiente la atendemos o facilitamos el encuentro con una persona específica. Tenemos contacto con personas de diferente espiritualidad para solventar la necesidad del paciente.

Cuando hablamos de calidad de vida hasta la muerte, equivale al buen morir, igual que la Constitución promueve el Buen Vivir. Aquí surge un tema polémico que involucra varios ámbitos, como el religioso, legal, social y económico: la eutanasia, como el derecho de un paciente en estado terminal de decidir su buen morir. En la Unidad de Cuidados Paliativos debe haber muchos casos de personas que piensan en esta opción, pero que legalmente y socialmente no está aceptada.

Es muy difundido el término buen morir, pero en cuidados paliativos de lo que hablamos es del buen vivir hasta el final de la vida, de la dignidad que cada persona debe tener el tiempo que tenga de vida. Trabajamos para que el paciente y su familia vivan el proceso de fin de vida de la forma más aliviada posible. La enfermedad está allí, va a progresar y utilizamos todos los cuidados médicos, psicológicos, sociales y espirituales que sean posibles y necesarios.

Los pacientes, en este caso las personas adultas mayores, que reciben cuidados paliativos viven su etapa final de forma ejemplar, valoran su vida positivamente, se despiden de su familia y amigos, toman decisiones, están aprovechando todos los momentos que disponen.Es muy raro que soliciten eutanasia. (I)

Para estar siempre al día con lo último en noticias, suscríbete a nuestro Canal de WhatsApp.

Contenido externo patrocinado

Ecuador TV

En vivo

Pública FM

Noticias relacionadas

Cada órgano del cuerpo humano (cerebro, corazón, hígado) disminuye su capacidad 5% cada 10 años. La pérdida de audición vinculada con la edad empieza a los 25 años, a pesar de que es perceptible décadas más tarde. La velocidad de procesamiento mental y la memoria en funcionamiento alcanzan su punto máximo entre los 20 y 29. Aprender después de los 40 es más difícil.

En el mundo existen 47 millones de personas con un trastorno mental. Se estima que este número aumente a 131 millones para 2050. El alzhéimer representa el 60% de los síndromes demenciales.

Social media