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El Telégrafo
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La pasión de Carapaz por el ciclismo surgió de la chatarra

La vieja bicicleta modelo BMX está guardada en la casa de los padres de Richard Carapaz, en El Playón de San Francisco, en la provincia de Carchi.
La vieja bicicleta modelo BMX está guardada en la casa de los padres de Richard Carapaz, en El Playón de San Francisco, en la provincia de Carchi.
Foto: Miguel Jiménez / El Telégrafo
29 de mayo de 2019 - 22:00 - Jaime Jaramillo

La primera bicicleta en la que el ecuatoriano Richard Carapaz inició su sueño la encontró entre metales retorcidos. Lejos estaba de imaginar en aquella época, que se convertiría en ciclista profesional y que algún día iba a liderar el mítico Giro de Italia.

En el cuarto de su casa, donde forjó sus sueños dentro del ciclismo, junto a medallas y trofeos, el deportista carchense guarda su tesoro más preciado: la primera bicicleta con la que se abrió, a base de puro pedal, camino en el mundo del deporte.

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Un día de agosto de 2003, en los que la “Locomotora” estaba dedicado a las labores agrarias, como ordeñar vacas o cuidar del ganado, su papá Antonio Carapaz llegó con un cargamento de chatarra que traía de la ciudad de Lago Agrio (provincia de Sucumbíos) a la casa, ubicada en la parroquia El Playón de San Francisco (provincia del Carchi).

En ese momento junto con sus hermanas, Marcela y Cristina, Richard fue a ver qué encontraba entre los metales retorcidos. De repente los ojos se le iluminaron al ver una bicicleta modelo BMX, oxidada, sin asiento y con las ruedas desinfladas.

Entonces le preguntó a su progenitor si podía conservarla. Don Antonio se sorprendió y le dijo que no servía para nada. Pero el menor de los Carapaz Montenegro se puso manos a la obra y la dejó en perfectas condiciones.

Así lo recuerda Cristina, su hermana, mientras sostiene el timón de uno de los bienes más preciados por el ciclista carchense que este miércoles 29 de mayo cumplió 26 años. Como en la carga había otras bicicletas, Richard tomó partes de ellas para armar a la inseparable compañera de su niñez.

Una vez puesta a punto, el bicampeón de la Vuelta a Asturias (2018 y 2019 en España) comenzó a usarla todo el día. Iba pedaleando a la escuela México, donde estudió la primaria; al barrio de El Playón, que quedaba unos metros más allá, o también a realizar las actividades del campo. Era su complemento.

Por cerca de cinco años la utilizó, hasta que el ahora fallecido Juan Carlos Rosero lo invitó a formar parte de la escuela que había creado una vez retirado del ciclismo. Ahí fue donde “Richie” conoció las bicicletas de carreras y con las que escribiría su propia historia en el deporte de las dos ruedas.

En una de sus últimas apariciones en las redes sociales, el único varón de la familia resaltó que con ese artefacto descompuesto comenzó su brillante carrera. “Pensar que así inició todo”, publicó el pedalista del Movistar Team, acompañado de frases emotivas como “Si tienes sueños, persíguelos” y “Recordar es volver a vivir”.

Es tan preciada la bicicleta que Carapaz y su familia no aceptaron el pedido de donarla a un museo. También hubo un intento fallido de un coleccionista que quiso comprarla. Richard ha dicho que jamás se desprenderá de ella porque la armó con sus propias manos.

La “bici” siempre ha permanecido en la casa donde los Carapaz Montenegro miran día a día la participación del “pequeño” en una de las pruebas ciclísticas más importantes del planeta. Nunca se les ha extraviado ni alguien intentó llevársela sin avisar.

Cada vez que tiene permiso del Movistar Team para regresar a Ecuador, la busca para darle mantenimiento, limpiarla y “mimarla” para luego mostrar una sonrisa al contemplarla. Aunque por el momento deberá esperar para tenerla en sus brazos porque está enfocado en ganar el Giro de Italia, cuyo final será el domingo 2 de junio.

En un rincón especial de la casa ella espera a su dueño para que la abrace y la acaricie cuando vuelva, pero antes el ecuatoriano trabaja para tener en sus brazos otro objeto anhelado: el trofeo de campeón del Giro de Italia. Además, el campeón de la Vuelta a la Juventud 2013 quiere conservarla para que sus hijos conozcan la historia y, si lo desean, practiquen el deporte que tantas alegrías le dio a su padre.

La situación económica de sus progenitores no daba para que le compraran una bicicleta de paquete. Richard nunca reprochó eso. El vehículo que surgió de la chatarra lo invitó a soñar. (I)

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