El lunes 7 de agosto de 2017 la vida cambió para la venezolana Yulimar Rojas. La muchacha, de 22 años, protagonizó una noche para la historia y le ganó el pulso a la reina de los últimos años en el triple salto, la colombiana Catherine Ibargüen.  

Con una secuencia de 14,91 metros en el Mundial de Londres, la discípula del otrora estelar saltador cubano Iván Pedroso superó en dos centímetros la marca de la campeona olímpica y bicampeona mundial colombiana, para darle a Venezuela su primera medalla de oro en la historia de las lides universales de atletismo.

“Fue una gran batalla y demostramos que en Sudamérica hay grandes atletas”, contaba Yulimar en Mónaco, donde mostró su nuevo look: cabello corto y teñido de amarillo.

Ese momento consolidó en el firmamento del rey de los deportes a la ‘Saltamontes caraqueña’, quien con 14,98 metros en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016, ya había dado el primer aviso contundente al agenciarse una plata también inédita para su nación, precisamente detrás de su rival en la ciudad del Big Ben.   

A Yulimar este año le faltó lograr una mejor actuación en la Liga del Diamante, pero su corona en la cita mundial de agosto último le valió para adueñarse de la preferencia de 63 medios, de los 117 que participaron en el tradicional sondeo de Prensa Latina, y alzarse por primera vez en su joven carrera con la distinción a la Mejor Atleta Femenina de 2017. 

Yulimar Rojas (Puerto La Cruz, 1995) fue nombrada atleta revelación de 2017 por la Federación Internacional.

Rojas, que se inició en el voleibol y siguió en el salto de altura (mide 1,92 m), desde 2014 se dedica al triple salto y es capaz de volar a 15,02, es consciente de que su técnica tiene que mejorar.

El encargado de pulir sus brincos en el foso desde octubre de 2015 es Iván Pedroso, que dirige a la venezolana en Guadalajara, donde se creó el Pedroso Team en el que están Ana Peleteiro, Nelson Évora, Alexis Copello, Ruth Ndoumbe... “Me siento una alcarreña más”, expresa Yulimar, que se desconecta escuchando vallenato, reggaetón... A su entrenador lo contactó por Facebook. 

Como triplista, tanto Pedroso como ella ven posible que se acerque en un futuro al récord de Inessa Kravets, establecido en 15,50. Rojas   vive un gran cambio a raíz de su oro mundial: “Fue un impacto muy grande en mi vida, cuando llegué a Venezuela y me recibieron como una mujer digna, sentí gran felicidad. Espero que se sientan orgullosos de mí”.

El camino de éxito de Rojas solo ha empezado. 

Rojas nació en un hogar humilde de Caracas, pero que respiraba deporte. Su padre biológico fue boxeador de peso pluma que representó a Venezuela internacionalmente. También fue boxeador el hombre que ella considera como un padre, el marido actual de su madre.

En el atletismo empezó a destacar en el salto alto y el salto largo, pero fue dirigiendo sus pasos al triple salto con su altura de 1,92 metros, que le hacen parecer casi una jugadora de voleibol con su físico atlético y espigado. Los entrenamientos forman parte de su día a día desde la adolescencia. (I)