Solo una situación que obligue a retirarse a los elencos que ocupan los 3 primeros puestos permitiría al equipo Ecuador Movistar pisar el podio del Mundial de Deporte Aventura Huairasinchi Explorer 2014, cuyo recorrido de 710 kilómetros estaba por finalizar anoche para tres equipos: Seagate (Nueva Zelanda), Columbia Vidaraid (España) y Green Caffte (Francia), que hasta el cierre de esta edición encabezaban la prueba, aunque los neozelandeses tomaron una ventaja de 2 horas sobre los españoles, que van segundos.   

El conjunto nacional estuvo a 10 minutos de pasar la ‘puerta’ del río Jordán, en el tramo de 69 kilómetros que unía a las localidades de Independiente y Cole, esta última en la provincia de Esmeraldas.

La circunstancia obligó al representativo local a orillar el kayak, pernoctar en el sector y retomar la navegación a las 05:30 de ayer. De acuerdo a las normas de seguridad del evento, los grupos participantes que no anclaban hasta las 18:30 del jueves en Cole debían esperar hasta la primera luz del día para continuar su camino.  

Los únicos cuartetos que consiguieron cruzar el portal son Seagate, Columbia Vidaraid y Green Caffte, que prácticamente tomaron una ventaja indescontable y, de no ocurrir nada grave con alguno de sus integrantes, se estarían repartiendo los 3 lugares del podio.

Ayer, al mediodía, Seagate lidiaba en kayak con los últimos 59 kilómetros de la competencia y se aprestaba a proclamarse campeón, tal como sucedió en 2012.

Organizar un mundial

Si bien es imposible que los 50 combinados participantes accedan a una medalla o terminen el trayecto para obtener puntos en el ranking planetario, lo que sí hicieron todos es disfrutar del paisaje y contar con todo lo indispensable.  

Urtzi Iglesias, capitán de Columbia Vidaraid, no sale de su fascinación al ver la diversidad de la geografía ecuatoriana. José Elías Martins, líder de Kailash Brou Aventuras de Brasil, está impresionado con la amabilidad de la gente; en cada poblado al que llegó su grupo durante la brega, sintió la calidez de todos los lugareños.     

Santiago López, director de la carrera, manifestó que, en función de todos esos aspectos, se promovió el certamen. La organización demoró casi 2 años, tiempo en el que se solicitaron los correspondientes permisos a las instituciones nacionales y seccionales responsables de salvaguarda, turismo y ambiente.

Pasar por sitios atractivos, pero poco nombrados, fue intencional, ya que el propósito del torneo era dar a conocer el potencial turístico de estos lugares. “Son comunidades donde sus mismos habitantes pueden sacar ideas de qué hacer a futuro con temas de alojamiento, tanto dirigido a deportistas de expedición o visitantes en general. Tienen que pensar que el Mundial de Aventura estuvo aquí porque viven en puntos lindísimos”, expresó.

La comunidad kichwa Oyacachi (Napo), El Meridiano (Pichincha), Independiente (en la frontera entre Pichincha, Imbabura y Esmeraldas), Cole (Esmeraldas), etc., mostraron sus bondades a los atletas y, por medio de ellos, se dieron a conocer al planeta. Impulsar la competencia demandó una inversión que superó los $ 600.000, que se cubrieron con el valor de las inscripciones ($ 7.000 por equipo) y los aportes de varias entidades, como el Ministerio de Turismo, Quito Turismo, Explorer, Finalín, entre otras.     

La ruta

Rodolfo Peralta, director de la ruta, explicó que el diseño del trayecto se basó en varios parámetros, principalmente en seguridad, espectacularidad del entorno y facilidades logísticas. Al hablar de seguridad, indicó que, por más difíciles e inaccesibles que resulten los tramos, se trató de mantener el control en cada etapa. Los puntos de enlace se definieron gracias a la accesibilidad de las vías y a permitir una evacuación eficaz si se necesitaba trasladar a uno o varios exponentes en caso de sufrir un accidente. Luego está la espectacularidad del trazado, que es un factor que ha pesado mucho a lo largo del recorrido, pues, aunque cansados, los participantes están encantados con la diversidad de vegetación y fauna que se observa principalmente en la   Reserva Ecológica Antisana.

Acerca de la logística o apoyo, dijo que era fundamental brindar las facilidades a los corredores. Las zonas de transición siempre contaron con locales donde se abastecían de comida, además de infraestructura con techo, baños y caminos transitables.