El escalador Felipe Proaño siempre está lleno de objetivos y trata de cumplirlos en cada expedición. Esta vez estuvo por Perú y Estados Unidos, donde conquistó infinidad de elevaciones junto con sus compañeros.

En el país sudamericano estuvo en la cordillera Blanca, que forma parte de los Andes, donde hizo escalada en roca y montañismo. El objetivo principal estaba centrado en la pared conocida como La Esfinge (850 metros), su tarea era llegar a la cima en el menor tiempo posible.

Lo consiguió en 06h40m, un tiempo valedero para la expedición. En la misma pared tenía un objetivo personal: escalarla sin cuerda y sin ningún tipo de protección.

Aquel desafío representaba un esfuerzo físico y mental enorme, porque un error podía ser fatal. Proaño ascendió un tercio de la pared, pero tuvo que descender por cuestiones climáticas y físicas. Ese reto se mantiene pendiente para el futuro.

También recorrió Estados Unidos, durante más de un mes, prácticamente desde la costa este hasta la oeste. En el estado de Colorado, conocido como la ‘Meca de la escalada’, ascendió por varias locaciones naturales.

Una de ellas fue el Black Canyon, en la que se debe descender a rapel al fondo del cañón, para luego escalar unos 500 o 600 metros hasta la cima.

También estuvo en Utah, que se caracteriza por su desierto y las torres que emergen en medio de la nada. Una de ellas, por ejemplo, tiene apenas 40 centímetros en la cima y los escaladores deben ponerse de pie justo ahí con sumo cuidado.

Proaño ya planifica lo que será 2018 y entre los retos que pretende cumplir existe uno dentro de Ecuador. En el parque nacional Llanganates hay una pared de unos 500 metros y desde hace dos años tiene en su mente ser el primero en escalarla.

“Sería ilógico no hacerlo, porque la tenemos en nuestro patio trasero. El lugar es bastante inexplorado, porque además casi siempre está nublado. Hemos hecho recorridos para identificar bien el lugar, pero eso algo que definitivamente quiero hacer”, dijo el deportista. (I)