Cual franco tirador de sueños cumplidos, Javier Rivadeneira tiene entre ceja y ceja conseguir las victorias en el Ultratrail de Machu Picchu y en el Ultra Fiord, y con ello registrar el Record Guinness como el primer ser humano en correr 200 millas en dos ultramaratones, con apenas dos días de descanso entre la una y la otra.

Nacido en Quito hace 33 años, Rivadeneira debería terminar hoy la ruta peruana y empezar este lunes su trayecto sobre la Patagonia chilena, que debe concluir en menos de 47 horas.

Usted ha citado como uno de sus maestros a Rolando Vera, ¿cómo se dio su relación con él?

Fui chef de ‘La Rinconada’, el restaurante que Rolando tiene en el Pululahua, allí trabajé un par de años. Muchas veces entrenábamos allí, compartimos ciertas aficiones, nos hicimos muy buenos amigos. Rolando estuvo en 2007 y 2008 en el Ministerio del Deporte, ayudó a gestionar para que el primer grupo de ultramaratonistas participase y obtuviera podios en Santa Cruz de Bezana (España) en el Mundial de Trail de 2008. Yo alcancé el título juvenil del planeta.

¿Algo en especial que haya aprendido del ‘Chasqui de Oro’?

La visualización. La clave es disfrutar de los momentos hermosos que tienes con tu familia, con tu mamá, con tu papá, con tu novia y guardártelos y cuando te sientas débil pensar en ellos. Por ejemplo, si una carrera tiene 100 kilómetros, la divido para cuatro sesiones de 25 kilómetros y en cada segmento voy pensando en un ser amado determinado.

¿Podría citar una carrera donde esta visualización lo ayudó?

En enero pasado gané el Chota Trail con un excelente tiempo. A la altura del centro de alto rendimiento (Carpuela), la temperatura estaba en casi 32 grados, muy fuerte. Allí me acordé de mi mami, Oliva Espinoza, tuve la ocasión de llamarla por teléfono. Le conté por lo que estaba pasando, una palabra de aliento siempre es buena.

¿Por qué se autocalifica como deportista autodidacta?

Un atleta debe leer mucho de medicina, anatomía y de  matemáticas para mejorar su agilidad mental. En los ultratrails las rutas son muy largas, los desniveles acumulados son bestiales. Mi éxito se ha basado en saber, más o menos, cuánto desnivel tendré en una subida, en qué kilómetro, allí es cuando acelero o aflojo. Un deportista de alto rendimiento debe preocuparse de su VO2 máximo e informarse de ejercicios para desarrollar hipertrofia muscular.

¿Cuál es su peor frustración?

Abandonar una competencia, lo hice una sola vez. Hace tres años me retiré del Ruco Trail porque tuve un broncoespasmo pulmonar, inducido por el exceso de ejercicio. Me quedé en el kilómetro 96 de los 116 que tenía la carrera.

¿Ha vivido algún milagro o no cree en esas situaciones?

En el Huairasinchi de 2013 me caí de la bicicleta, tuve que recibir reanimación cardiopulmonar, pero me levanté y después de algunas horas obtuvimos el segundo puesto en la categoría élite que nos sirvió para clasificar al Mundial de Aventura. Ese año formé parte del equipo           

Trangoworld. Creo que Dios me cobija.

¿Le agrada la idea de que el trail pueda ser olímpico?

A todo atleta le agradaría ser parte de unas olimpiadas. Hice la marca de maratón para los Juegos Olímpicos de 2004, no fui porque Franklin Tenorio y Miguel Almachi mejoraron mi marca; viajaron junto a Byron Piedra.

¿Vive de los ultramaratones?

Trabajo como guía de montaña, debo tramitar la licencia de esta ocupación. Estudié administración gastronómica en la UTE; también laboro los fines de semana como caddie en Los Cerros Golf Club. (I)