El ministro keniano de Deportes, Hassan Wario (foto), bajo presión tras una serie de escándalos de los responsables de la delegación de su país en los Juegos de Río, anunció ayer la disolución del Comité Olímpico Nacional, que a continuación respondió que el gobierno no tenía la potestad para tomar esta decisión.  

“He disuelto el Comité Olímpico Nacional (NOCK) con efecto inmediato y he transferido la responsabilidad de sus miembros a Sport Kenya”, una organización gubernamental fundada en 2013, declaró el ministro en una conferencia de prensa en Nairobi, encargando a Sport Kenya un calendario para la elección de los nuevos miembros del NOCK. “Las acusaciones al Comité Olímpico Nacional son una amenaza inmensa a la estabilidad y reputación de los Juegos Olímpicos en el país”, añadió el ministro.    

El secretario general del NOCK, Francis Paul, contestó en la misma rueda de prensa que su organización depende del Comité Olímpico Internacional (COI) y no del gobierno, por lo que no le corresponde disolverlo. “No dejaremos la oficina”, dijo.

El gobierno keniano ordenó el 18 de agosto la apertura de una investigación, después del presunto robo de ciertos equipamientos deportivas y la presencia de varios oficiales con funciones poco claras, que supuestamente habían viajado a Brasil para pasar algunos días con todo pagado en Copacabana. (I)