El balance en cuanto a resultados de deportistas ecuatorianos en torneos internacionales es muy importante, pues el país no solo logra su mejor producción de medallas en los Juegos Panamericanos: 7 de oro, 9 de plata y 16 de bronce, si no que se ubica entre los 10 primeros del medallero.

En esto tiene que ver mucho la consolidación de un sistema deportivo implantado en los últimos años y que las instituciones responsables del desarrollo de la actividad física nacional, Ministerio del Deporte y Comité Olímpico Ecuatoriano (COE) dejen atrás las rencillas de orden político-deportivo y se encaminen hacia objetivos similares.  

Dentro de este sistema es fundamental la inversión del Gobierno Nacional, porque mantener y fortalecer el alto rendimiento demanda un gran presupuesto. Este aporte es oportuno, más aún cuando estamos de cara a los Juegos Olímpicos.

En Toronto no dejaron de sorprender las medallas de oro cosechadas en judo, karate y lucha cuando nadie las vaticinaba, sin dejar de lado la presea de oro en marcha y la de velerismo. Todas, pronosticadas o no, reflejaron la garra y el esfuerzo de nuestros representantes.

Esto resulta motivante, tanto para quienes ya consiguieron su clasificación a los Juegos Olímpicos, como para quienes están con grandes posibilidades de hacerlo. Creemos que en Río todos están en condiciones de cumplir dignas presentaciones.

Y si bien 2015 termina con 18 nombres dentro de las Olimpiadas, Ecuador en realidad cuenta con 20 cupos, ya que en el Mundial de Levantamiento de Pesas que se organizó en Houston en noviembre, por la sumatoria de puntos, el país aseguró 2 cupos femeninos para las Olimpiadas. Los nombres de quienes ocuparán esas plazas se conocerán cuando terminen los eventos preolímpicos.

Para 2016, en halterofilia, esperamos que clasifique, al menos, un varón y, sumadas todas las disciplinas en las que destaquemos, llegar a más de 30 clasificados.
Algo a valorar en toda su dimensión no es la cantidad de deportistas que Ecuador registre en los Juegos Olímpicos, sino la calidad de sus actuaciones; que queden en un top 10 o top 20, dependiendo del deporte, ya son valiosos logros.

En 2015 también vemos proyección, jóvenes como Neisi Dajomes (pesas), Liseth Ayoví (pesas), Doménica Azuero (BMX), Maribel Caicedo (atletismo), Anggie Avegno (piragüismo)... son apuestas al futuro, más que a Río de Janeiro, a las Olimpiadas de 2020 o 2024. Su crecimiento está relacionado al Plan de Alto Rendimiento, que les permite, además de tener una ayuda económica, codearse con los mejores deportistas de su clase en entrenamientos internacionales. (O)