La Asociación Internacional de Corredores (CPA) solicitó ayer “sanciones ejemplares” a la Unión Ciclista Internacional (UCI), que incluso lleguen a las suspensiones de por vida, para los casos de dopaje mecánico. Un día después de la difusión en la televisión francesa y en el diario italiano Corriere della Sera de un reportaje sobre los motores eléctricos, la CPA pidió a la UCI que tenga en cuenta “lo que se reveló para combatir con todos los medios esta nueva plaga en el ciclismo”.

La CPA, presidida por el antiguo ciclista Gianni Bugno, señaló que está preparada para cooperar con la UCI para mejorar los controles y “perseguir a aquellos que cometen delitos vergonzosos y antideportivos”. “La CPA pide a la UCI que imponga sanciones ejemplares y severas como la suspensión de por vida para los corredores que cometan estas infracciones porque tiran al barro injustamente el ciclismo honesto de la mayoría”, señaló la asociación en un comunicado.

Probadas desde el descubrimiento de una bicicleta ‘trucada’ de una participante belga en el mundial de ciclocross a finales de enero, las trampas mecánicas no solo serían obra de ciclistas de segunda fila, según el reportaje emitido por el canal France 2 en su programa deportivo semanal.

Se sospecha “de corredores de muy alto nivel, pero mientras no haya pruebas, no se puede acusar”, declaró en ese programa Jean-Pierre Verdy, exdirector de controles de la Agencia Francesa de Lucha contra el Dopaje (AFLD, por sus siglas en francés).

La federación internacional reaccionó también ayer, a través de la web especializada Cyclingnews: “La UCI realiza las pruebas contra el fraude tecnológico desde hace varios años y para mejorar la eficacia ha experimentado nuevos métodos para detectarlo en el último año”.

“Hemos probado las imágenes térmicas, los rayos X o los test de ultrasonidos, pero la resonancia magnética es el mejor método, fiable y preciso. Utilizamos un programa que desarrollamos con una empresa especializada”, dijo. (I)