Según los cálculos de Carla Pérez, la primera semana de julio próximo coronaría la cumbre del Broad Peak (Pakistán), la 12ª montaña más alta del mundo. El reto tiene entusiasmada a la ecuatoriana de 32 años, sobre todo porque ascenderá sin la ayuda de oxígeno de reserva.

Por ahora cumple la etapa de adaptación. Los 8.051 metros de altura del macizo requieren el mejor entrenamiento y la mayor de las concentraciones. Sabe que los errores pueden pagarse caro, incluso con la vida.

Miembro del equipo Somos Ecuador, que lidera el ambateño Iván Vallejo la apoya. Carla viajó junto a él y a Esteban Mena, quienes la acompañarán durante la aclimatación. La  trepada la realizará sola, sin siquiera la ayuda de ‘sherpas’ (guías nativos de la zona).

El entrenamiento le hace recordar 2 momentos: la conquista del Cho Oyu el 2 de octubre de 2014 y el abandono de la subida al Everest en mayo de 2013, cuando estuvo a 198 metros de coronar el pico más alto del mundo.

Ambos momentos son cruciales en su carrera. El Cho Oyu, que con 8.201 metros es la sexta cumbre más alta del globo, se convirtió en el segundo ‘ochomil’ que trepó, y el primero que lo hizo en solitario sin oxígeno suplementario. El retiro del proyecto Everest se convirtió en su estímulo más grande; no estará tranquila hasta poner los pies en su pináculo.

De hecho, la expedición al Broad Peak le servirá como preparación para ir al Everest en 2016 y tomarse la revancha de lo ocurrido en 2013. La revancha es consigo misma, dice, porque respeta mucho a las montañas. Carla quiere ser la primera ecuatoriana en pisar esa cima sin ayuda de oxígeno embotellado.

La primera vez no le fue posible porque por equivocación le compraron ropa muy grande y eso le dificultó escalar o andar cómoda. Nunca olvidará que para asegurarse en las rocas o fijar la cuerda tenía que sacarse los guantes y por eso casi se le congelan las manos.

Por todo aquello, sabe que debe  estar bien preparada y por eso su fase de ambientación es meticulosa. Los campamentos para caminar al Broad Peak estarán ubicados a 5.800 metros, 6.400 metros y 7.100 metros. Por ahora acampa en el valle, al pie del macizo.

“Carla desea estar bien física y psicológicamente, porque cuando las fuerzas físicas se terminan y la falta de oxígeno te comienza a afectar, lo único que te lleva es el carácter y la voluntad”, comenta Esteban Mena, quien después de apoyar a Pérez irá al monte K2 (8.611 metros) para abrir una nueva ruta.

Óscar Concha, deportólogo de Carla, aspira a que la quiteña cumpla su cometido y luego consiga su meta máxima: encumbrar el monte Everest. (I)