Las discusiones entre Jonathan Camacho (21 años) y su madre eran constantes. Ella dudaba que el BMX  free style (estilo libre) sea la mejor opción para su hijo. Pero hace 7 años, cuando tenía 14, él mismo se encargó de anular esas dudas.      
Lo hizo durante su primera competencia en el balneario General Villamil, Playas (Guayas). Era una prueba para aficionados. Camacho  mostró sus mejores acrobacias, logró el primer lugar en la categoría de novatos y ganó $ 30.   

Con ese premio invitó a comer a su progenitora. Ella empezó a entender y a aceptar lo que hacía su hijo, hasta que le dio el espaldarazo que enrumbó su carrera. Camacho ve ahora a este deporte extremo como un estilo de vida.        

‘Pandilla’, como lo llaman sus amigos cercanos, participará en abril en el Simple Session en Estonia, considerado como el Mundial de esa disciplina. Será la segunda ocasión que compita entre los 100 mejores ‘riders’ del mundo, pues el año pasado ya lo hizo y terminó en el puesto 29.

En aquella ocasión estuvo nervioso y con temor. Era la primera vez que competía ante tanta gente y bajo los lentes de las cámaras que transmitían en vivo y en directo. Conoció a los mejores, entre ellos el que él considera el mayor exponente del ‘free style’: el venezolano Daniel Dhers.

Esta vez, con mayor experiencia y recorrido por varias pistas del mundo, pretende mejorar su registro anterior. Para ello se entrena todos los días en su natal Villamil, Playas. Él es su propio entrenador y tiene una rutina establecida de acondicionamiento físico.

Pero siempre dedica entre 5 y 6 horas diarias a estar sobre su bicicleta. En la pista de Playas se junta con sus amigos o lo hace en solitario para practicar nuevos trucos y perfeccionar los que mejor le salen.

También tiene pensado ir a entrenar una semana en Perú, antes del viaje a Europa. Dice que las amistades intentan corromperlo o llevarlo por un camino equivocado. “Yo no quiero eso y por esa razón voy a Perú un tiempo. Lo que estoy viviendo es un sueño y voy a continuar luchando hasta ser el mejor”.

El certamen en Estonia será el inicio de la gira europea de Camacho. Fue invitado a más de 50 competencias, por lo que estará en Francia, España y otros países. Pero lo complicado para él es el aspecto económico, pues solo la empresa privada cubre en algo sus gastos.

Al no ser un deporte olímpico, el Ministerio del Deporte no puede entregarle un aporte económico, por lo que siempre busca una manera de conseguir recursos. Por ejemplo, los sábados, cuando hay más turistas, monta un show en el parque de Playas y “pasa la gorra”, como él dice. Ahí consigue entre $ 80 y $ 100.

Pero no siempre tiene suerte en los viajes y, más allá de concentrarse en lo que debe hacer sobre la pista, piensa en cosas como dónde pasará la noche. En una ocasión, en Alemania, le tocó dormir en la calle.

Eso no le quita la sonrisa ni afecta su estilo sobre la pista. Con apenas 21 años, sabe que aún no ha explotado toda su capacidad. Su primer objetivo ya se cumplió, que era ir al Mundial. Ahora busca participar en los X-Games, considerados los ‘Juegos Olímpicos’ de los deportes extremos.

Pero antes de estar entre la élite de los ‘riders’, Camacho tuvo que hacerse un nombre, siempre bajo su propio esfuerzo. Se hizo conocido en el medio, luego subió videos de sus trucos en YouTube y así logró que le llegaran invitaciones del exterior. Su carrera está en ascenso.

Datos

De pequeño, Jonathan ayudaba a su madre en el comedor en el que trabajaba. A veces dentro del establecimiento o afuera, cuidando los autos en la calle.

Mientras estaba afuera vio a sus amigos que se trasladaban en bicicletas y empezaban a hacer trucos. A él le atrajo mucho lo que ellos hacían y le propuso a su madre que le comprara una.

‘Pandilla’ cuenta que su familia no tenía para aquello, tenían lo justo para vivir con tranquilidad. Sin embargo, él se empeñó en comprar una bicicleta y luego de mucho trabajo consiguió una de $ 60.

Con ella empezó a practicar a diario y luego estuvo presente en la inauguración del skate park de su ciudad. Allí fue donde ganó su primera competencia, en novatos.

Junto a su casa hizo una piscina de esponja para caer allí mientras entrenaba los trucos. Recorrió los basureros para encontrar colchones viejos o esponjas para armar esa piscina.

La lluvia destruyó su zona de prácticas, pero ya había adquirido habilidad para evitar cualquier caída.