Adrián Sornoza no imaginó que llegaría a los Juegos Olímpicos de Londres 2012 y tenía su mente enfocada más en los de Brasil 2016. Sin embargo, el destino y su habilidad en salto triple lo pusieron en sus primeros Juegos a sus 19 años.

Hace dos días cumplió 20 en la villa olímpica y hoy se estrenará en su disciplina en el estadio Olímpico de Londres. Su corta experiencia en el deporte lo puso junto a los mejores del mundo en dos ocasiones, en los campeonatos mundiales, por lo que los nervios de enfrentar a los favoritos no están en su agenda.

Adrián ha practicado también en salto largo, pero se decidió por el triple por el consejo de su entrenador, el cubano  Luis Small, y también por su gusto personal. “Poco a poco me di cuenta de que era mejor en salto triple y me gustó más con el tiempo”, contó  el portovejense.

Como anécdota le quedó la forma en que clasificó en el Gran Prix de Atletismo, que se realizó en Quito en junio. Primero porque salió de una lesión en su muslo, que lo privó de participar en competencias previas y luego porque tuvo que esperar 20 minutos para certificar que cumplió con la marca B para los Juegos.

“Hubo suspenso, porque debían medir con una cinta métrica metálica y solo había de plástico. El tiempo pasó hasta que consiguieron una. Cuando me dijeron que salté más que la marca (16 metros y 89 centímetros) lloré de emoción”.

Por la lesión, en un momento pensó que intentar la clasificación iba a ser muy complicado y que su meta de llegar a Londres se truncaba. Incluso se perdió un clasificatorio en Bolivia y solo tras varias sesiones de terapia física, alcanzó a ponerse a punto para saltar en Quito.

Su padre José lo acompañó en esa ocasión. Esa fecha, justo Día del Padre, lo invitó porque estaba confiado en lograr la marca y celebrar junto a él su clasificación a Londres.

El antecedente anterior lo tenía el pichinchano Hugo Chila, que en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008 marcó un registro de 16m69cm.

Para Adrián, el hecho de estar en los Juegos Olímpicos ya es un premio grande, pero buscará meterse en la final del evento. “Clasifiqué apenas a los 19 años, por lo que  ahora voy por crecer en el deporte. Para los Juegos de 2016  sí voy por la medalla”.

Desarrolló sus entrenamientos previos a la cita en Bogotá, Quito y Portoviejo, pero la mayor parte del tiempo la pasó en Colombia, lejos de su familia y de sus platillos favoritos, como el caldo de gallina criolla y el cebiche de pescado, de su madre, Margarita Carreño, en la parroquia Alajuela, donde reside.

“Es lo complicado del deporte: el estar lejos de casa. Pero uno a la larga se acostumbra a vivir solo y entrenar todos los días. Por eso se valora mucho más la familia y se disfruta de los momentos juntos, que a veces son pocos, pero son necesarios. Con mi familia hablo todos los días y siempre minutos antes de salir a la pista”. (AGM)