Cada 1 de junio, Ecuador celebra el Día del Niño, una fecha que no solo sirve para festejar a los más pequeños del hogar, sino también para reflexionar sobre su situación, especialmente la de aquellos que viven en condiciones de vulnerabilidad. Aunque los avances en políticas de protección infantil son motivo de reconocimiento, este día debe ser también un llamado urgente a la acción por su bienestar, desarrollo y derechos.

Una historia con raíces en la protección infantil

La historia del Día del Niño se remonta a 1925, cuando se celebró en Ginebra la Conferencia Mundial para el Bienestar Infantil. En ese encuentro internacional se reconoció por primera vez la necesidad de velar activamente por los derechos de la niñez. Años más tarde, en 1954, la Asamblea General de las Naciones Unidas recomendó dedicar un día al fortalecimiento de la fraternidad entre los niños del mundo y a la promoción de su bienestar mediante actividades sociales, educativas y culturales.

Ecuador adoptó el 1 de junio como fecha oficial para conmemorar esta causa, en sintonía con la Declaración de Ginebra sobre los Derechos del Niño. Desde entonces, esta jornada ha adquirido una relevancia simbólica y práctica en la agenda nacional.

Realidad de la niñez en Ecuador

Según datos del Censo del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC) de 2022, el 19,75% de la población ecuatoriana corresponde a niños y niñas menores de 12 años, es decir, más de 3,3 millones de menores. De ellos, 1 708 381 son niños y 1 636 566 son niñas.

Las provincias con mayor concentración infantil son Guayas (26,21%), Pichincha (15,37%), Manabí (9,57%) y Los Ríos (5,87%). Estas cifras evidencian la magnitud del compromiso que el país debe asumir en términos de políticas públicas, inversión social y protección de derechos.

Un tiempo para compartir, aprender y crecer

Unicef recuerda que el Día del Niño también puede ser una oportunidad para fortalecer los vínculos familiares. La organización recomienda que madres, padres y cuidadores dediquen al menos 30 minutos al día exclusivamente para jugar con sus hijos, alejados de distracciones tecnológicas. “El juego no es solo entretenimiento. Es una herramienta poderosa para enseñar hábitos, valores y habilidades para la vida”, subraya el organismo.

Más que una fecha, una causa permanente

El Día del Niño no debe ser únicamente una jornada de regalos o festejos. Es una ocasión para recordar que todavía hay muchos niños que enfrentan pobreza, abandono, violencia o falta de acceso a educación y salud. Reconocer sus derechos, escucharlos y crear entornos seguros y estimulantes para su desarrollo debe ser una prioridad diaria para las familias, instituciones y la sociedad en su conjunto.

Porque celebrar a la niñez es también comprometernos con su presente y su futuro. Y eso empieza, hoy más que nunca, jugando, escuchando y actuando.

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— EcuadorTV (@EcuadorTV) June 1, 2025