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El portavoz señala que el PP no facilita la paz

Urbina: ETA muestra su disposición a entregar armas

Iker Urbina, portavoz de Amaiur, brazo político de ETA. Foto: Europapress
Iker Urbina, portavoz de Amaiur, brazo político de ETA. Foto: Europapress
26 de octubre de 2015 - 00:00 - Gorka Castillo. Corresponsal en Madrid

Recibe a El Telégrafo en un sencillo despacho del Congreso con un apretón de manos y un saludo afectuoso que desea trasladar a Latinoamérica, “llena de referentes apasionantes y de esfuerzos de lucha por la dignidad de los pueblos libres”.

Urbina es abogado vasco de tan sólo 38 años y como vocero del grupo parlamentario Amaiur, el partido que defiende los postulados ideológicos de ETA, habla de la paz como un ansiado sueño que está al alcance de la mano. Muy crítico con el PP no cree que en las próximas elecciones vaya a producirse un vuelco espectacular en parte porque, en su opinión, “Podemos ha defraudado”

¿Cómo ha tratado el Congreso a los 7 diputados de Amaiur, el “brazo político de ETA”?

La receptibilidad ha estado en función de nuestras iniciativas. No es lo mismo un tema sobre presos de ETA que otro sobre el TTIP, por ejemplo. En general, el trato ha sido correcto, si exceptuamos al PP, porque políticamente estamos en las antípodas; y el PSOE, que aún estando de acuerdo en algunas iniciativas, han evitado salir en la foto con nosotros.

¿Se está luchando de verdad contra la corrupción en España?

No, porque es algo estructural. El estado ha utilizado la corrupción para mantener intacto el modelo heredado del franquismo que pasa, en primer lugar, por la unidad de España.

¿Cree que ha llegado el momento de encarar una Segunda Transición?

No tengo ninguna duda de que si no logramos activar la protesta social, que ahora ha vuelto a apaciguarse, tomando la iniciativa a favor de la ruptura con el régimen del 78, el poder político actual hará un maquillaje para seguir gobernando. No es descartable una ley de punto final con la corrupción similar a la que se hizo con la dictadura de Franco.

Entonces, ¿el cambio no depende del partido que gane las elecciones generales de diciembre?

Nos hacen creer que la regeneración llegará con un cambio de partido en el poder pero es algo más profundo porque lo que aquí hay supera el ámbito político. Hablo de poderes fácticos que ni PP, ni PSOE, ni Ciudadanos ni, lamentablemente a día de hoy, Podemos, tienen capacidad para cambiar nada estructural.

¿Cuál es su opinión de Podemos?

Es una incógnita entre sus ideas originales y la concreción de esas ideas, según ha ido desvelándolas. En algunas cuestiones importantes tiene planteamientos parecidos al PSOE. Es preocupante que de todo lo que dijeron al principio sobre una ruptura democrática, etc, y que tanta expectativa creo, queda muy poco a día de hoy. Ni siquiera tienen claro cuál es su política territorial.

Rajoy anunció hace unos días que no descarta suspender la autonomía en Cataluña si las cosas siguen como están.

Resultan incomprensibles estas declaraciones porque cada vez que Rajoy abre la boca surge un independentista más en Cataluña. Como decía antes, esto demuestra el bajo nivel de la calidad democrática que hay en el PP, aunque creo que es una cuestión de Estado. No hay respeto a la ciudadanía.

¿Qué supone para un grupo independentista tener representantes en un Congreso español?

Para nosotros es un altavoz más donde exigir soberanía y respeto para Euskal Herria. Además, somos los que hablamos de manera más clara y firme tanto de la resolución del conflicto armado como del modelo de Estado.

El fin de ETA está paralizado desde hace cuatro años. ¿Hay frustración?

No hubo una sola persona, a excepción de los reductos ultras, que recibiera la noticia del fin de la lucha armada con alegría y con expectativas. Hasta ese momento, el discurso general era de que sin violencia todo era posible. Tras la declaración de ETA sólo quedaba facilitar, en la medida de lo posible, un proceso político integral. Me refiero a hablar de los presos, de las víctimas y del desarme ordenado. Esto hubiese sucedido en cualquier parte del mundo pero nos hemos encontrado con un PP que ha dado un portazo a la paz mientras ha seguido ejerciendo la violencia estructural ya sea socavando la opinión mayoritaria de la ciudadanía vasca en este tema o ya sea con detenciones, dispersión de presos, con juicios o con peticiones de ilegalización de colectivos independentistas.

¿Qué podría surgir después de ETA?

ETA ha mostrado en reiteradas ocasiones su disposición absoluta a llegar al final. La izquierda abertzale también ha dado pasos muy importantes y sólo hace falta echar la vista atrás, a hace cinco años, para poder comprobarlo. Por eso, la posición del PNV –el partido nacionalista-conservador gobernante- es clave. Ahora tiene intereses políticos propios porque la solución de este conflicto supondría abordar las cuestiones que crearon el verdadero problema.

¿Tan importantes son?

El PNV siempre ha estado detrás de las decisiones fundamentales que se han tomado. Es la llave. Si por algo se ha caracterizado ese partido a lo largo de su historia es por su cálculo político. Hoy prioriza el poder institucional porque, a diferencia de la burguesía catalana, la vasca está enfocada a hacer equilibrios con el Estado.

¿Cuál es el objetivo del PP en Euskadi?

La victoria manu militari.

Pero es difícil avanzar en la paz y la reconciliación. Hay muchas heridas abiertas

Pero ese es el único camino. Hay que tratar de ir sanando esas heridas, algunas no lo harán nunca, pero sólo queda recorrer ese camino de manera conjunta. (I)

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