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40 niños han quedado huérfanos
Una emergencia económica, social y ecológica fue declarada en Mocoa
La cifra oficial de muertos por la avalancha que arrasó el pasado sábado con parte de la ciudad colombiana de Mocoa fue establecida ayer por las autoridades en 262 y en 45.000 el número de damnificados, mientras los cuerpos de socorro continuaban buscando sobrevivientes bajo los escombros.
Con perros de rescate, escáneres y microcámaras, unos 1.500 socorristas intentan hallar rastros de vida entre las piedras y las toneladas de lodo y sedimento que siguen acumuladas en gran parte de la urbe tras la avalancha. En las últimas horas, sin embargo, sus esfuerzos han sido en vano pues lo único que han encontrado son cuerpos sin vida.
“Nosotros vamos a seguir buscando sin parar, hasta que se pierda toda esperanza”, afirmó el bombero Omar Cabrera.
En esa labor participan socorristas, bomberos, policías y soldados que llegaron a Mocoa, la capital del sureño departamento de Putumayo, procedentes de varias regiones del país.
Al dolor de la muerte de sus familiares, decenas de personas deben sumar ahora las dificultades para recibir los cuerpos, que fueron concentrados en una morgue improvisada en el cementerio de la ciudad. Jesús Cardona, quien perdió a su esposa, dijo que encontró el cuerpo desde el sábado en la morgue, pero se lo entregaron hasta ayer lunes pues peritos del Instituto de Medicina Legal (IML) debían practicarle la necropsia.
“Pasé dos días al pie de ella porque no me la daban. Deberían tener más compasión con nosotros. Mi esposa estaba allí botada, sin nombre, con una etiqueta con el número 23”, señaló llorando.
El director del IML, Carlos Valdez, informó que de los 262 muertos que ha dejado la avalancha esa institución ha recibido 242. Hasta el mediodía del lunes se habían realizado 174 necropsias, 55 cadáveres habían sido identificados y 46 cuerpos entregado a sus familiares.
“Nosotros comprendemos el dolor de las familias, pero no se los podemos entregar hasta no tener las autopsias y su identificación plena”, afirmó el funcionario.
Las mujeres, los ancianos y los menores de edad le han dado otra dimensión a esta tragedia. No solo porque son las víctimas mayoritarias sino por el viacrucis que están viviendo tras la avalancha.
Autoridades de los servicios de salud reportaron que de los 34 heridos que fueron trasladados al hospital de la ciudad de Neiva la mitad son niños y la mayoría de ellos perdieron a sus padres en la avalancha. Además, hay al menos 40 niños sobrevivientes que no han encontrado a sus familiares.
Los huérfanos recibirán una atención especial por parte del gobierno, que garantizó su atención en instituciones especializadas si no encuentran familiares que puedan hacerse cargo de ellos.
Emergencia y reconstrucción
De los 45.000 damnificados que dejó la avalancha, unos 1.600 ya se encuentran ubicados en un albergue instalado en el Instituto Tecnológico de Putumayo, donde fueron colocadas mil carpas. Se espera que a ese centro lleguen cientos de personas más en las próximas horas.
Otros cuatro albergues están instalados en otros sectores de la ciudad.
El presidente colombiano Juan Manuel Santos dijo ayer en la tarde que además de los 262 muertos hay un número similar de heridos que ya están siendo atendidos en hospitales de Mocoa y de localidades cercanas.
“Estamos trabajando en tres frentes: asistencia humanitaria, atención de la emergencia e inicio inmediato de la reconstrucción”, aseguró el mandatario. Anunció que nombró como gerente de la reconstrucción de Mocoa al ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, quien participó en la reconstrucción del Eje Cafetero colombiano cuando esa región occidental fue azotada por un terremoto hace 18 años.
Esta misma semana se pondrá en marcha un plan de construcción de viviendas para quienes perdieron sus casas. Además, en la ciudad serán construidos un nuevo acueducto, un hospital y una red más moderna de energía eléctrica ya que la que había quedó colapsada.
Santos afirmó que también fue autorizada una partida de $ 13 millones para la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres a fin de que ese organismo los utilice en las labores más apremiantes.
La zona fue declara en emergencia económica, social y ecológica, para garantizar el suministro de recursos extraordinarios. Mientras tanto, aviones de la Fuerza Aérea siguen llevando ayuda humanitaria a Mocoa, como frazadas, alimentos y colchonetas que se están repartiendo en los albergues.
Las actividades de limpieza y remoción de escombros y lodo han continuado y el servicio de energía eléctrica ya fue restablecido en la zona centro de Mocoa.
En instalaciones estratégicas como la del hospital se han ido habilitando servicios de energía a través de plantas portátiles, y el agua potable está siendo distribuida con 14 carrotanques.
El ex director de la Corporación Autónoma Regional del Sur de la Amazonia (Corpoamazonia), José Ignacio Muñoz Córdoba, dijo que en su calidad de responsable de las regulaciones ambientales en esa zona advirtió varias veces a las autoridades de los riesgos de deslaves por la deforestación y el mal estado de los acueductos.
“No hicieron caso ni creo que ahora lo hagan. Este suceso de Mocoa no va a ser el último, van a seguir ocurriendo este tipo de tragedias porque no hemos tomado las medidas técnicas adecuadas ni las regulaciones preventivas que se necesitan”, aseguró. (I)
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101 personas mueren por aluviones en Perú
El Centro de Operaciones de Emergencia Nacional (COEN) de Perú informó en su último reporte que el número de muertos en Perú por las inundaciones subió a 101 y 140.000 damnificados.
Asimismo, precisó que 19 personas permanecen desaparecidas en el país por los aluviones, corrimientos de tierra y aludes de lodo producto de las lluvias.
El COEN apuntó que hay 353 heridos y 940.000 afectados. Entre tanto, el número de viviendas destruidas alcanza las 16.000, otras 200.000 tienen daños leves por las inundaciones.
La alerta en Perú por las lluvias se mantiene, especialmente en Piura. (I)