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El proyecto de ley contempla que la Cámara de Diputados sea la única institución con prerrogativas como la de estudiar y aprobar la gran mayoría de las leyes

Un referendo pone en peligro al gobierno de Renzi

Los simpatizantes del ‘no’ participan en un mitin contra las reformas promovidas por Matteo Renzi, en Roma.
Los simpatizantes del ‘no’ participan en un mitin contra las reformas promovidas por Matteo Renzi, en Roma.
Foto: AFP
30 de noviembre de 2016 - 00:00 - Irene Savio. Especial para EL TELÉGRAFO

El primer ministro italiano, Matteo Renzi, es un “puerco herido” y los que votan ‘sí’ a su propuesta de reforma constitucional son “asesinos seriales”, dijo esta semana Beppe Grillo, bloguero, cómico y líder del antisistema Movimiento Cinco Estrellas (M5S).

A pocos días del referéndum del 4 de diciembre, en el que los italianos están llamados a decidir si aceptan o declinan el mayor cambio a su Constitución desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, Grillo redobló así su campaña por el ‘no’ a la iniciativa, en un inusitado clima de polarización social en Italia y ante el peligro de que la cita acabe en una crisis del Gobierno de Renzi, con sus anunciadas pero imprevisibles consecuencias para toda Europa.

En las urnas, unos 47 millones de ciudadanos están llamados a responder con un ‘sí’ o un ‘no’ sobre la reforma que, en su punto más relevante, propone el fin del llamado ‘bicameralismo paritario’. Esto implica la supresión de la paridad de poderes de la Cámara de Diputados y del Senado, que se transformaría en un órgano de vocación más regional y menos senadores (de 319 a 100). Por el contrario, la Cámara de Diputados pasaría a ser la única institución con prerrogativas como la de estudiar y aprobar la gran mayoría de las leyes (se excluyen las constitucionales y los tratados europeos), dar el voto de confianza al Gobierno o incluso declarar guerra.

Toda la discusión se inició en abril pasado, cuando el Gobierno italiano logró que el Parlamento aprobara la reforma, lo que le dio alas a un movimiento de opositores, heterogéneos entre sí, que se ha ido engrosando. En concreto, al Movimiento Cinco Estrellas (M5S) y a la xenófoba Liga Norte, se han ido sumado partidos de la derecha que en una fase inicial la apoyaron. Entre estos está incluso la maltrecha Forza Italia, de Silvio Berlusconi. Pero también se han añadido movimientos de ciudadanos -de juristas, periodistas y otros profesionales- e incluso un ala rebelde e izquierdista del propio Partido Democrático (PD), que incluye al exprimer ministro, Massimo D’Alema.

Además, los detractores de la misma han apuntado a que, al anularse las prerrogativas del Senado y disminuir el número de senadores (de 319 a 100) sin modificar el de los diputados (630), ello constituye “un retroceso democrático, pues se elimina la vigilancia de un órgano sobre el otro”, como dijo el periodista Marco Travaglio. Más aún, también se ha criticado que el Gobierno le pueda indicar a la Cámara de Diputados leyes prioritarias que se estudien en un plazo máximo de 70 días y que la reforma haya ido aparejada a una nueva ley electoral, el llamado Italicum, que le da mayores poderes en el Parlamento al partido que gana las elecciones.

Otras medidas, como la supresión en la Carta Magna de las llamadas provincias y Consejo Nacional de la Economía y del Trabajo no han suscitado mucho debate. Por contra, Renzi ha insistido en que la reforma “moderniza al Estado”, pues evitará que un único texto de ley tenga que ser aprobado por ambas cámaras, lo que alargaba los tiempos legislativos y dificulta la recuperación económica.

¿Derrota anunciada?

En este clima, las encuestas han adelantado la avanzada del voto de protesta en Italia.

Las últimas, de Ipsos, Piepoli y Demopolis, publicados a dos semanas de la cita, han situado la victoria del ‘no’ por 8 puntos. Sin embargo, el resultado es todavía una incógnita. No solo por los desaciertos de las encuestas en el último año. También pues se prevé una abstención alta, así como lo es el número de indecisos. Algo que remite también a que muchos italianos desconocen una reforma que es compleja y solo el 8% la considera una prioridad para el país.

Con este contexto como base, la principal consecuencia del triunfo del ‘sí’ es bastante evidente: se refuerza un líder europeo, Renzi, que hoy día ostenta el liderazgo del partido de centro-izquierda que mejor ha resistido a las turbulencias experimentadas por su parte en el resto de Europa. En cambio, en caso de la victoria del ‘no’, se abre un vendaval de posibilidades que van desde su efectiva dimisión y el caos político, con la eventualidad de un gobierno provisional (liderado por él u otro) y la convocatoria de nuevas elecciones. Lo siguiente sería el golpe a la ya frágil y poco recuperada economía italiana, lo que haría del país un blanco predilecto de la especulación bursátil, amenazando también al resto del Viejo Continente.

Esto, al menos públicamente, ha sido lo que en las últimas semanas ha motivado los múltiples mensajes de apoyo recibidos por Renzi desde Alemania, Bruselas e incluso Washington. No obstante, el inesperado triunfo de Donald Trump, el electo presidente de Estados Unidos ya arrojó una pista sobre a qué se enfrentaría Italia si Renzi (quien en los demócratas tenía a buenos aliados) pierde. Al día siguiente de la victoria del republicano, los bonos italianos encabezaron las caídas en la deuda de la periferia de la eurozona, algo que los analistas económicos no dudaron en interpretar como que el voto de protesta ahora se dirigía hacia Roma. (I)

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Entrevista / Alessandro Pace / presidente del Comité por el ‘NO’

"Esta reforma cambia la soberanía popular, la forma de Gobierno..."

A sus 81 años, el profesor Alessandro Pace, experto en Derecho Constitucional, es el presidente del principal colectivo de centro-izquierda que se opone a la reforma constitucional de Matteo Renzi, el llamado comité por el ‘no’.

¿Qué le inquieta más de esta reforma?

El hecho más inquietante es que esta reforma fue llevada adelante a pesar de que en 2014 la Corte Constitucional declaró la inconstitucionalidad de la vieja ley electoral, el llamado Porcellum, que fue usada para elegir al actual Parlamento (en las elecciones de 2013). Es un hecho gravísimo. El Parlamento ha ignorado que no está legitimado y que por tanto no debería haber promovido una reforma de este calado.

Su comité también ha criticado los contenidos de la reforma

Los peores aspectos tienen que ver con el Senado. Según la propuesta, se prevé que los senadores dejen de ser elegidos por los ciudadanos, y pasen a ser elegidos entre los consejeros regionales y esto es una violación del artículo 1 (de la Constitución), que dice que la soberanía pertenece al pueblo. Segundo, el Senado es reducido de 319 a 100, mientras que la Cámara de Diputados sigue manteniendo sus 630 diputados. Esto significa que de facto el Senado es despojado de su función de contrapeso democrático.

Pero la reforma también es una superación de la Constitución de 1947, cuando el poder se fragmentó ante el temor de que surgiese otro dictador como Benito Mussolini. Hoy la circunstancia histórica es otra.

La cuestión no es esa. Y es que es una reforma ilegítima pues no es una revisión parcial como prevé el artículo 138 de la Carta Magna. ¡Es una reforma que modifica a más de 40 artículos! Esta reforma cambia la soberanía popular, la forma de Gobierno y de Estado, los derechos sociales, y, como dije, todo esto es subversivo pues va en contra de una sentencia de la Corte Constitucional.

¿Qué relación tiene la reforma con la nueva ley electoral, el llamado Italicum?

Se vincula pues, eliminando el Senado y disminuyendo los espacios de las oposiciones, surge un problema democrático.
El Italicum es una ley electoral que prevé que también un partido que gana las elecciones con el 30% pueda tener 340 escaños en la Cámara de Diputados. Además, establece que los reglamentos de las oposiciones sean aprobados por mayoría absoluta en el Parlamento, donde de hecho esas fuerzas tendrían una representatividad insuficiente.

¿No teme el colapso de Italia y del Gobierno de Renzi y del PD, repitiendo el camino de los socialistas en Grecia y España?

Esto no lo sé. Fue él que en diciembre pasado dijo que dimitía si perdía, así ligó el resultado del referéndum a su supervivencia política. Frente a esta situación, es lógico que los institutos financieros se aprovechan. También nosotros no estamos a favor del inmovilismo. Estamos en contra de cómo se hizo esta reforma.  

¿Quién integra vuestro comité?

Hay intelectuales, periodistas y artistas, de centro y de izquierda. Y no hay personas de derecha. Y no tenemos relación alguna con partidos. (I)

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Entrevista / Antonio Funiciello / presidente del Comité por el ‘SÌ’ y  Partido Democrático

"Los escenarios que se abren si gana el 'no' son complejos"

Antonio Funiciello, de 40 años y licenciado en Filosofía, es uno de los intelectuales más cercanos al primer ministro Matteo Renzi y el hombre que el Partido Democrático (PD) ha elegido como presidente del comité por el “sí” a la reforma constitucional.

¿Por qué esta reforma es importante?

Es importante porque es esencial actualizar la segunda parte de nuestra Constitución para que el Estado funcione mejor y responda a los desafíos de la actualidad, la cual requiere una política que sepa tomar decisiones con rapidez.

Los acusan de haber realizado una reforma que amplía los poderes del Gobierno y da menos margen a las oposiciones.

Esto es falso. No hay ni un artículo de la propuesta que aumente los poderes del primer ministro; el jefe de Gobierno español tiene hoy más facultades que el italiano y así continuará siendo después de la reforma. Otro es el tema de la ley electoral, el llamado Italicum, que ya hemos dicho que cambiaremos.

Indignados, partisanos de la Segunda Guerra, gente de izquierda, de derecha, intelectuales, juristas… Muchos se oponen a vuestra reforma.

Quizá esto no hemos logrado comunicar correctamente.

¿Qué pasará el día después del voto, si se confirma la derrota anunciada por los sondeos?

Los sondeos están equivocados seguramente. No obstante, la respuesta es otra: el principal enemigo de este referéndum es el Movimiento Cinco Estrellas y su líder, Beppe Grillo. Y no es novedad que ellos quieren salir de la Eurozona. Son tres años que lo dicen y yo considero que hay que tomarles en serio. Por tanto, ese riesgo, el de un reforzarse de las fuerzas antieuropeístas, existe.

¿En serio Renzi dimitirá si fracasa?

Solo él puede responder a esta pregunta. Y él dijo que dimitirá si pierde, y conociéndolo, creo que lo hará. Los escenarios que se abren si gana el ‘no’ son complejos y no se puede negar que aumentarán la inestabilidad. Quien quiere llegar hasta 2018 y quien quiere un país estable que no asuste a los inversores extranjeros votará ‘sí’.

¿No temen una implosión, e incluso una escisión, dentro del propio Partido Democrático?

El PD el año que viene celebrará su reunión y ahí se decidirá si el secretario seguirá siendo Renzi. Soy optimista y creo que el PD después del referéndum volverá a encontrar su unidad.

Sin embargo, no pueden obviar que las izquierdas están en crisis en Europa.

Ojo, nosotros no somos socialdemócratas. Lamentablemente, la cultura socialdemócrata europea vive en los últimos años grandes dificultades, incertidumbre y no sé si decir también declino. Nosotros en nuestro partido hemos englobado la cultura socialdemócrata, pero somos un partido demócrata, también poseemos otras culturas políticas en nuestras entrañas.

El secretario del PD, Renzi, no es de formación socialdemócrata. Esto es lo que nos ha ayudado a estar menos en crisis de otros partidos que son nuestros primos. Los sondeos peores nos dan 32%, 33%. (I)

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