Las autoridades turcas arrestaron el sábado 19 de septiembre, a 115 personas, la mayoría de ellos soldados en activo, por presuntamente estar vinculados con el intento de golpe de Estado de 2016, que Ankara achaca al clérigo islamista Fetulá Gulen, residente en Estados Unidos.

En Estambul, se arrestó a 94 personas de las 131 personas que fueron detenidas durante varias redadas llevadas a cabo la semana pasada. Otros 21 individuos fueron arrestados en la provincia de Izmir.

Las redadas tuvieron lugar en 34 de las 81 provincias turcas, después de que la Policía emitiera órdenes de detención contra 132 sospechosos. De ellos, 82 son soldados y otros 50 militares retirados o que fueron expulsados de las Fuerzas Armadas turcas. Uno de ellos fugó.

El Gobierno turco considera que en el Ejército y otras instituciones estatales hay infiltrados de la red de Gulen, antiguo aliado del presidente, Recep Tayyip Erdogan, que negó su participación en el golpe y que desde 1999 vive en el estado norteamericano de Pensilvania.

Mientras, los críticos del presidente aseguran que la asonada militar es un pretexto para aplastar a la oposición, pero las autoridades turcas insisten en que estas medidas son necesarias para combatir las amenazas a la seguridad nacional.

El ministro de Justicia turco, Abdulhamit Gul, cifró a finales de noviembre en más de 3.900 el número de jueces y fiscales cesados desde el intento de golpe de Estado de julio de 2016. Erdogan dijo en abril que hasta esa fecha se había detenido a más de 30.500 personas. (I)